OPINIÓN|
La crisis sanitaria ha expuesto la identificable e inhumana forma de gestionar los pagos a los servidores públicos. En la pandemia reconocemos las prioridades de la indolencia de un gobierno y las decisiones que afectan a todo un país. El “gobierno de todos” ha demostrado ser la extensión de un grupo sectorial que sirve a intereses individuales y perpetua patrones antipopulares, que han vulnerado derechos y perjudicado a miles de familias. Ante la óptica comunicacional, se ha manifestado que el sector de la salud ha recibido su sueldo a tiempo, sin embargo, la necesaria remuneración mensual no ha llegado; aquella que sostiene la manutención no solo del servidor público, del médico, de la trabajadora, sino también de una familia que no sabe cómo sobrellevar la incertidumbre de no recibir los recursos monetarios con los que viven día a día. No es una petición, es la exigencia de un derecho por haber arriesgado sus vidas en el trabajo que ejercen; es una remuneración justa por haber cumplido sus roles con la sociedad. Estas son las voces del médico, trabajadora y trabajador público, que esperemos se hagan eco hasta las finanzas mal administradas. (O)