Área de Infectología del IESS tendrá tablets para que sean usadas para videollamadas
«Ahí vienen los astronautas” así les dicen varios pacientes Covid-19 a los médicos del hospital José Carrasco Arteaga que cada mañana ingresan a sus habitaciones para revisarlos.
Es que no ingresan vistiendo solo la típica bata blanca, van “forrados” de pies a cabeza, ponerse esta indumentaria les toma aproximadamente 25 minutos.
Para subir al quinto piso, área de Infectología del hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en Cuenca, el médico debe vestir completo: traje de protección personal que les cubre de pies a cabeza, solo queda el rostro descubierto y una parte de la frente, seguido de un traje quirúrgico, dos batas, tres capas de guantes (que les selle las mangas), mascarillas dobles totalmente adheridas al rostro, protección facial completa y gafas especiales.
Y así sube cada día la médico Lorena Vintimilla, de 30 años. Fue a finales de marzo de 2020 cuando sus jefes le notificaron que sería trasladada a infectología, un área temida por todos.
“Fue un asombro, un miedo bárbaro porque sabíamos que allá llegaba gente infectada, me dio mucho miedo, lloré mucho la primera vez. Pero eso me sirvió para ser más fuerte y enfrentarme a la vida y ayudar”, hoy expresa Vintimilla.
Pero este cambio no fue lo único que ocurrió en ella, se vio obligada a abandonar su casa, la de sus padres, para precautelar la salud de ellos, pues su padre es hipertenso. “Vivir solo es lo más amargo de la vida, no hay quien te espere para tomar un café y preguntarte: cómo te fue hoy”.
Entonces, su único medio de contacto diario con su familia es una pantalla de celular, que se convirtió en su aliado emocional. Y precisamente eso observó Vintimilla en sus pacientes Covid-19.
“Lamentablemente algunos fallecen en la cama del hospital sin ver por última vez a su familia, sin poder decirles adiós, porque no tienen un celular, y ese dolor se queda con sus familiares que ya no lo volvieron a ver, considerando que están prohibidas las visitas a esta área”, expresa.
Gestión a través de diferentes contactos para ver quién podía donar, enseguida aparecieron manos de apoyo
Por eso gestionó unas tablets para Infectología a que las usen los pacientes para que vean el rostro de sus seres queridos y les den ánimo a seguir esta batalla contra el virus.
Los extranjeros Jerrold y Kira Larson, quienes viven en el cantón Paute realizando trabajo espiritual y labor social, fueron los donadores de las tablets para los pacientes del José Carrasco Arteaga. Gestionaron la recolección del dinero entre sus amigos y en una semana sumaron 800 dólares.
Con ese monto, Lorena Vintimilla compró: siete tablets con chip (para que los pacientes tengan un número de contacto y hagan videollamadas), adaptadores y protectores. Utilizarán la red “Unidad Amigable” del IESS, acceso gratuito a internet.
Las llamadas serán máximo de cinco minutos, ya que las siete tablets deben servir a los 44 pacientes actualmente internos.
Por más breve que sea servirá mucho este contacto con la familia para la salud y recuperación del paciente, dicen los médicos. Por eso aspiran más donaciones.
Hubo un acto formal de entrega de las tablets, con la presencia de las principales autoridades del hospital.
Entrevista a Xavier Rodríguez, cuyo padre, Julio, está hospitalizado en Infectología, en el Seguro
“Ahora somos un peligro para la sociedad”
¿Es importante estar comunicados online con su padre, hoy que está interno en el Seguro?
Es vital para nosotros que sabemos lo duro que es no saber nada de él, los primeros tres días interno no sabíamos nada y eso nos iba a matar de la angustia, entonces gracias a unos médicos pudimos pasar un celular para verlo.
¿Cómo se contagió su padre del virus?
Él tiene un taller de latonería, presumimos que ahí se dio el contacto con uno de sus clientes. Una vez que se dio el caso de mi padre, todos procedimos al aislamiento porque tenemos otros casos dentro del hogar. Estamos contagiados mi madre, mis hermanos, mis sobrinos, mi esposa y yo.
Estamos con medicación, así nos mantenemos, no hemos tenido complicación para internarnos en el hospital.
¿Nunca sospecharon que su padre sería positivo?
Inicialmente él tenía bastante dolor del cuerpo y de la columna, lo llevamos al médico para que lo revise y nos dijo que no tenía fiebre entonces que no podía ser un caso Covid, sino solo una infección a las amígdalas, le envió antibiótico y lo tomó por cinco días.
Pero no le resultó, seguía sintiéndose mal, entonces nuevamente fuimos al médico y le inyectaron penicilina, pensando que no fue lo suficiente con el antibiótico que tomó.
Pero…nosotros teníamos ese miedo del virus, pero no tomábamos muy en serio esa opción porque no sabíamos de donde podía haber llegado porque mis padres no salen de la casa, entonces a raíz de que no se recuperaba tomamos la decisión de hacerle una prueba de Covid, pero no la prueba de sangre porque no han estado siendo efectivas existen muchos errores, le hicimos directo la PCR.
Y tuvimos la mala noticia que fue positivo, todos nos realizamos pruebas , en el caso de mi esposa se realizó una de sangre y le salió negativo pero ella se sentía mal y le hicimos una PCR y también dio positivo…son pruebas bastantes costosas.
¿Cómo hizo con su trabajo?
En mi caso no puedo hacer teletrabajo, laboro en un banco, mis jefes me ayudaron anticipándome vacaciones. Mientras tanto, nosotros evitamos salir porque somos conscientes de que ahora somos un peligro para la sociedad, como en mi caso soy asintomático pero soy un peligro para la sociedad porque al salir a la calle me puedo encontrar con una persona de la tercera edad o con alguna enfermedad catastrófica a la cual podría causarle la muerte, lo cual sería cruel de nuestra parte, entonces siendo conscientes decidimos no salir. (I)
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