OPINIÓN|
De los 19 binomios presidenciales inscritos como precandidatos, solamente dos o tres tendrían opciones para llegar a la segunda vuelta. Entonces ¿cuál es el afán de promocionarse por quienes no tienen ninguna opción? Sin duda, es el que les miren por minutos en la televisión y redes sociales, les asignen los dólares que el CNE tiene para este fin, luego buscar a los medios de comunicación para “negociar” los pautajes, y quedarse a la espera de brindar su “apoyo” a los finalistas, a cambio de prebendas y chantajes.
A nombre del mal hecho Código de la Democracia, todos los movimientos que representan a grupos de amigos, le han tomado este proceso con la más alta irresponsabilidad, como si fuese un juego para elegir a la directiva del grado escolar, al encargado del borrador o el leccionario. Al binomio del candidato Pedro Freile, un señor Byron Solís Figueroa, nadie le conocía, ni se le podía ubicar para que preste una foto. Yaku Pérez perdió a su binomio en pocas horas.
La denigración de la política, ha llegado al punto de quiebre; la condición de ser el Presidente está por los suelos. Prontuariados como Correa, Bucaram o Pablo Romero; jubilados de las contiendas como Lucio y Larrea; y como siempre cantantes, bailarines y faranduleros. También hay quien regresa al país, alquila un partido fundado por un fugado en el Perú, y promete que si es presidente le hará campeón de América al Barcelona. Candidatos que no tienen reparos para unirse con Dios y el diablo, sin objetivos, ni propuestas. Si se escarba un poco, existe una larga lista de conflictuados con la justicia en todas sus formas.
La preocupación de nuestra gente hoy es que se reactive el empleo, que existan proyectos de emprendimiento, y la mejora de sus ingresos. Sin empleo, cualesquiera de las teorías económicas y los cantos de sirena sobre la mejora de las condiciones de vida, serán una utopía, si el padre de familia no tiene dinero lícito para llevar a su hogar. Hay que volver los ojos a quienes den respuestas contundentes y prácticas a esta necesidad. (O)