OPINIÓN|
A pesar de que actualmente la desconfianza y falta de credibilidad en la política y los políticos en Ecuador ha llegado a niveles altísimos (más del 90 % según algunas encuestas), paradójicamente el número de candidaturas presidenciales ha aumentado como nunca, pues por el momento son diecinueve; con lo cual se habría llegado a un récord en la historia electoral del país
¿Qué es lo que explicaría este fenómeno?: Podríamos mencionar algunos factores.
En primer lugar, tantas candidaturas presidenciales (o formalmente todavía precandidaturas) serían la expresión de la degradación o descomposición a la que habrían llegado la actividad política y el régimen “democrático” en nuestro país. Pues, en sociedades donde la política es concebida como una actividad orientada por principios ideológicos, y donde la democracia se sustenta en el debate de proyectos políticos y planes de gobierno, sólo cabrían un número de candidaturas que reflejen precisamente grandes tendencias ideológico-políticas, a saber: derecha, centro e izquierda; y quizás, con algunos matices entres esas tendencias, no debería haber más de 5 candidaturas.
En segundo lugar, como las organizaciones políticas en Ecuador no se mueven en torno a proyectos ideológicos y políticos, sino que funcionan básicamente como clubs electorales, lo que interesa es participar en elecciones para defender el espacio político de esos clubs, intentar lograr una votación que les garantice la vigencia de su registro electoral, y conseguir alguna cuota parlamentaria que les permita negociar espacios de poder o de ciertos privilegios, en el marco del próximo Gobierno.
En tercer lugar, la fiebre de candidaturas tiene que ver con ciertos rasgos del comportamiento de los políticos; rasgos entre los que están el personalismo (que a veces puede llevar a inflar el ego), el deseo de figurar (que en algunos casos puede devenir en narcisismo), el arribismo, el oportunismo, la megalomanía, etc.; amén de que una candidatura presidencial permitiría resaltar su currículum vitae.
En todo caso, la posibilidad de que algunos candidatos renuncien al no tener ninguna opción de ganar, o la probabilidad que algunas candidaturas se fusionen, podría hacer que en los próximos días la “fiebre” de candidaturas baje. (O)