OPINIÓN|
El acceso a insumos de salud sexual y reproductiva es un derecho humano de todas las mujeres, en las competencias esenciales del Estado se entiende garantizar aquello como inherente del bienestar de la mujer y una senda para alcanzar la anhelada igualdad de género. El recién aprobado Código Orgánico de Salud, es un avance por los derechos de las mujeres y una conquista de la presión social ejercida con el fin de lograr una efectiva institucionalización de los derechos e ir eliminando las brechas de salud. Se destaca del código el reconocimiento de la violencia como un problema de salud pública, el acceso a la anticoncepción, la prohibición de la objeción de conciencia y se reconoce el derecho a tomar decisiones libres, informadas, voluntarias y responsables en un marco intercultural y no discriminatorio. Así mismo el derecho a la lactancia materna, la promoción de políticas públicas integrales sobre todo para los grupos de riesgo. Por ello, es imperante que la salud no se vete y se defienda, los derechos se precautelen y se ubiquen por encima de creencias, doctrinas y filiaciones personales o religiosas. (O)