La industria farmacéutica prometió no tomar atajos en la búsqueda de terapias y vacunas contra la COVID-19 y que no solicitará autorización para ningún producto cuya seguridad y efectividad no pueda garantizar.
«No hay manera de que bajemos las exigencias en nuestros ensayos», aseguró el consejero delegado de la farmacéutica suiza Roche, Severin Schwan, en una vídeoconferencia en la que participaron otros altos ejecutivos de varias de las compañías más poderosas del sector.
«Nosotros no someteremos ninguna candidata a vacuna si no tenemos una estimación razonable de que es eficaz y segura», dijo por su parte el presidente de la firma MSD (denominación de Merck fuera de Estados Unidos), Kenneth Frazier.
Un enfoque similar expresó a la prensa el más alto responsable ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, quien sostuvo que es entendible la corriente de escepticismo que ha surgido entre la gente contra una eventual vacuna contra la COVID-29.
«Hay escepticismo porque ahora estamos viendo mucha politización de la ciencia», sostuvo.
«Yo les aseguro que si hubiesen presiones políticas esto es irrelevante, porque nosotros no pediremos autorización para una vacuna hasta que sepamos que es efectiva y segura», recalcó el ejecutivo, quien recordó que su compañía ha cumplido 170 años de existencia y que tiene una reputación que cuidar.
En la vídeoconferencia, los responsables de las farmacéuticas concordaron en que lo más probable es que el tratamiento más efectivo para los casos severos de COVID-19 consista en una combinación de fármacos.
El director general de la Federación Internacional de Farmacéuticas, Thomas Cueni, explicó que las investigaciones realizadas hasta ahora indican que es poco probable que a corto plazo se pueda encontrar un único medicamento capaz de tratar los distintos casos de coronavirus.
Los investigadores estarían observando que lo más factible sería usar una combinación de productos, dependiendo de la naturaleza del caso a tratar.
Después de ocho meses investigando a toda velocidad las opciones para tratar a los pacientes graves de coronavirus, la industria está centrando sus esfuerzos en los antivirales, los antiinflamatorios y los tratamientos con anticuerpos.
El antiviral Remdesivir -producido por la biotecnológica Gilead- es uno de los pocos tratamientos que ha mostrado eficacia. Aunque no reduce la mortalidad por COVID, sí acorta el tiempo de hospitalización de enfermos severos al reducir la capacidad del virus de multiplicarse.
El consejero delegado de Gilead, Daniel O’Day, explicó que se está probando en ensayos clínicos si la efectividad del Remdesivir mejora en combinación con otros medicamentos, así como una versión que se inhala (actualmente se administra mediante perfusión intravenosa).
Estados Unidos compró el pasado junio casi todas las reservas de Remdesivir de la compañía hasta septiembre, lo que aumentó el temor de que los primeros tratamientos y vacunas contra la COVID quedarían reservados para los países ricos.
O’Day aseguró que su compañía estará en posición de abastecer la demanda mundial el próximo mes y que para fin de año espera haber producido dos millones de dosis de tratamientos.
Sobre el precio de este buscado producto, aseguró que estará «por debajo de su valor», sin precisar una cifra.
Del lado de las vacunas experimentales, Pfizer anunció que ha entrado «en la fase avanzada de los ensayos clínicos de una vacuna» y que espera tener los resultados en octubre.
Se trata de la fase 3 del ensayo clínico, para el que requiere reclutar a 30.000 voluntarios, de los cuales ya cuenta con 23.000, principalmente en Estados Unidos y también en Brasil, reveló Bourla.
«Este gran ensayo será el único que nos dirá si tenemos una vacuna segura y efectiva, o no», comentó, enfatizando -como el resto de ejecutivos- la importancia de contar con resultados contrastados.
Rusia y China han anunciado, cada una por su lado, haber desarrollado vacunas que cumplen con los criterios de seguridad y eficacia antes de haber concluido la fase 3 de sus ensayos.
El anuncio ruso se realizó incluso cuando su candidata a vacuna recién iba a empezar esa fase clave de la investigación.
Sobre la vacuna con la que Pfizer está experimentando, Bourla dijo que, en caso de que funcione, de momento se desconoce la duración de la inmunidad que ofrecería o si sería una vacuna que tendría que repetirse cada cierto tiempo. EFE