Arrendatarios de locales buscan estrategias para aumentar clientela
La pandemia modificó completamente el aspecto al interior de las terminales aérea y terrestre de Cuenca, en donde en ciertas temporadas se proyectaba la presencia de cientos de turistas nacionales e internacionales y, por ende, una buena facturación.
Todo indica que todavía no habrá buenas temporadas, estas vendrán paulatinamente en lo que resta del año.
Uno de los espacios más impactados, no solo por la pandemia, sino por la disminución de las frecuencias aéreas, es el aeropuerto de Cuenca Mariscal La Mar.
Antes del Covid-19 existían 30 locales ocupados, durante la emergencia sanitaria se retiraron ocho concesionarios, entre ellos las aerolíneas Aeroregional y Tame.
Quizás el vacío más notorio fue el que dejó República de Cacao, afamada empresa ecuatoriana productora de chocolate/cacao fino de aroma presente en los aeropuertos de Quito, Guayaquil, Perú y otros países.
Se observa un septiembre solitario y pandémico al interior de la terminal área, aunque desde este mes ya se permite un ingreso total, pues ya no se aplica el aforo, no se puede pasar directo como antes, solo está habilitada una puerta, en donde cuatro trabajadores de la Corporación Aeroportuaria (Corpac) toman la temperatura y le preguntan a dónde se dirige y para qué.
Isaac Arteaga, director comercial de la Corpac, señala que buscan reactivar el comercio en la terminal aérea, pero el ingreso debe ser “dentro de los parámetros de la nueva normalidad”.
La sala principal, apenas se ingresa, luce relativamente vacía en un sábado por la mañana, las sillas de espera, desocupadas. Entre los pocos locales abiertos está Localiza, empresa del Grupo Eljuri que renta vehículos. Su fuerte eran los turistas, para no perder mercado ahora se enfocan a las empresas y más.
En la sala de preembarque está uno de los locales que aún se mantiene en pie “La Galería”, microempresa familiar que vende artesanías y más desde hace tres años.
Son optimistas, siguen invirtiendo y se enfocan en un trato personalizado al cliente, no solo le venden el producto sino le narran la historia de Cuenca y sus tradiciones, lo hace Paola Loza, revestida con un traje típico.
Sin embargo, Diana Jimbo, administradora de La Galería, está preocupada “no hay los vuelos necesarios para que un concesionario se pueda mantener. Solo nos hemos quedado con Latam…entonces no hay la afluencia de pasajeros de antes”.
Antes ocupaban dos locales, por los que pagaban 1.000 dólares a la Corpac, ahora les rebajaron cada uno a 480 dólares.
Mientras que, en el piso alto del aeropuerto se mantienen algunos negocios de comida.
Isaac Arteaga explica que desde marzo de 2020 se trató con los concesionarios, analizaron cada caso: redujeron canones de arriendo según los horarios de apertura del aeródromo y la emergencia sanitaria, hubo suspensiones temporales de contratos y flexibilidades con convenios de pagos.
Anticipa que Avianca obtuvo los permisos para la ruta Cuenca-Quito y empezará a volar en enero 2021; y, Ecuatoriana Airlines les informó que ya están tramitando los permisos para Cuenca-Guayaquil, Cuenca-Manta y Cuenca-Salinas.
196 locales a la expectativa de que sucederá con el pago de los arriendos en la terminal
Al interior de la terminal terrestre de Cuenca un total de 196 personas dependen, de modo directo, de que las cosas vuelvan a la normalidad.
Arriendan 196 locales de confitería, alimentación y comercio. Distribuidos así: 74 quioscos, 29 locales comerciales, 20 negocios en el patio de comidas, 39 oficinas y boleterías de las operadoras de transporte, 13 puestos de golosinas, 11 oficinas de bodegas, siete baños y tres puestos/bahías para diferentes servicios.
Hasta la semana anterior estos negocios no estaban abiertos totalmente, los pocos comerciantes fueron a hacer algunas tareas de mantenimiento y, de paso, ya comenzaron a atender.
Pero la realidad fue crítica, hay poquísimos clientes. Estos locales dependen del flujo de transporte, si este no se mueve, ellos tampoco.
La tradicional “Heladería y Cafetería Dumbo” que funciona 33 años en la terminal terrestre hoy enfrenta una delicada situación. Su dueña, Mercedes Quillay, de 69 años, espera que las cosas mejoren porque debe pagar arriendo.
Vende, además, melcochas, pan, café, aguas aromáticas, morocho a 60 centavos el vaso…lo cuenta mientras tapada con su chalina espera horas para que entre algún cliente.
Karina Ullauri, gerente de Transporte de la Empresa Municipal de Movilidad, Tránsito y Transporte (EMOV EP), informa que existe una suspensión al pago del canon arrendaticio que suspende el cobro en la emergencia sanitaria.
Y, como buena noticia, el viernes informó que dialogaron con la gerencia de la EMOV EP y solicitarán al Directorio una rebaja en el canon, un porcentaje que sea cancelado hasta diciembre de este año; pero aclara “es una resolución que deberá tomar el Directorio”.
Algunos negocios optan por bajar utilidad de algunos productos para captar clientes
Viernes 4 de septiembre 17:30: cinco dólares vendidos desde las 07:00 en el local de artesanías, bisutería y más atendido por Diego Pérez en la terminal terrestre, negocio de su madre, quien como es adulta mayor no sale por temor al Covid-19.
Este comercio, que funciona desde hace 40 años, debe pagar un arriendo de 348 dólares.
Otra realidad viven en las partes laterales, frente a los andenes, ahí está el puesto de golosinas que atiende Juan Mora, de 20 años, su padre lo arrienda, pero él se enfermó y Juan debe abrir estos días.
Comenta que en un día bueno, abriendo desde temprano y cerrando tarde, hacen 120 dólares, hoy están con unos 30 dólares.
Por eso, como estrategia, resolvieron con sus padres bajarse la utilidad de venta en cada producto “antes se ganaba 15 o 20 centavos, ahora hay que ganarse cinco dólares para poder ganar clientela”. (I)
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