Una primera semana sosa, marcada por las caídas, polémicas y la falta de combatividad, dio paso a un fin de semana pirenaico volcánico en el que se erigió en protagonista el joven esloveno Tadej Pogacar, quien revolucionó al ataque un Tour que lidera su compatriota Primoz Roglic dentro de una apretada general.
El Tour se trasladó de Pirineos a La Rochelle para disfrutar de la primera jornada de descanso, un día de actividad por las pruebas de PCR para todo el pelotón y los entrenamientos de un par de horas que realizan los equipos. La carrera llegó a la costa iluminada por un interés renacido en las dos etapas de Pirineos, en las que algunos esquemas que parecían sólidos se vinieron abajo o se modificaron.
Primoz Roglic, ganador de la Vuelta 2019, llega como patrón a la segunda semana. Su equipo, el Jumbo Visma, ha cosechado 3 etapas y ha sido el dominador de la carrera, pero con incógnitas sembradas. El maillot amarillo tiene a su máximo rival, el colombiano Egan Bernal (Ineos), defensor del título, a 21 segundos. Ambos siguen siendo los señalados como máximos favoritos.
La igualdad manda por el momento. El frente francés formado por Guillaume Martin (Cofidis) y Romain Bardet están a medio minuto, y hasta el puesto 10 que ocupa el español Mikel Landa (Bahrain McLaren) el margen es de poco más de un minuto. Entre medias tres colombianos: Nairo Quintana (Arkea), Rigoberto Urán (EF) y Supermán López. Pogacar amenaza a 44 segundos.
Por la banda española Mikel Landa se ha erigido como referencia, si bien el tiempo que perdió en los abanicos de Lavaur le puede costar caro. Fuera del top 10 viven los dos líderes del Movistar: Enric Mas está a 2.02 minutos y Alejandro Valverde a 3.43.
El dominio inicial del Jumbo Visma por encima del habitual del Ineos, e incluso el potencial del conjunto de Bernal, quedaron en entredicho en Pirineos.
La receta que usó Pogacar de atacar a fondo y con insistencia, dejó a Roglic y Bernal sin equipo, obligados a pelear con sus propias fuerzas. Sus arrancadas terminaron con la resistencia de hombre claves del Jumbo e Ineos, como Dumoulin y el ecuatoriano Richard Carapaz. Las carencias quedaron al descubierto, los equipos no arrasan, y serán las individualidades las que marquen las diferencias.
La ofensiva de Pogacar, tercero en la Vuelta 2019 y ganador de 3 etapas de montaña, le avala al líder del UAE Emirates como un favorito más. «Si estoy bien, ataco», asegura. Y si ataca es de los que causan destrozos. Él solo desarmó la estrategia de equipo, y con toda la montaña que resta, sobre todo en la última semana, será una pieza clave en el engranaje de este Tour.
Aunque el Tour se decidirá en la última semana, y en especial en la contrarreloj que llega al alto de la Planche des Belles Filles el último sábado, la segunda semana presenta alicientes a tener en cuenta.
Tras el primer descanso llegan dos etapas llanas propicias para los esprinters, pero también para que el viento aparezca y reparta disgustos, sobre todo en la de este martes en la Isla de Ré.
Después la carrera entrará de nuevo al Macizo Central camino de Sarran y saldrá el viernes con la etapa más dura atendiendo a sus 4.400 de desnivel acumulado, en la que habrá que superar siete puertos. La meta en el Puy Mary (1ª, 5,4 km al 8,1%).
Una jornada de media montaña con final en Lyon cederá el testigo a un recorrido complicado por los montes del Jura. Día clave con Selle de Fromentel (1ª), Col de la Biche (1ª) y final en el Grand Colombier (Especial; 17,4 km al 7,1%).
El Tour de Francia de la burbuja ha despertado su interés en el plano deportivo gracias en gran parte al «pirómano» Pogacar, quien ya tiene una etapa en su debut, pero a la vez cruza los dedos ante los resultados de los análisis del Covid-19, que se conocerán el martes.
La organización hará 650 entre la tarde del domingo y el lunes. Si un equipo tiene dos positivos, quedará fuera del Tour. EFE