Incendios en Grecia: Los refugiados de Moria claman por comida y duermen a la intemperie

Las mas de 12.000 personas que habitaban el devastado campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, se preparan para su tercera noche a la intemperie, sin esperanzas de obtener en breve un alojamiento ni mucho menos de poder abandonarla.

El miércoles el Gobierno griego todavía hablaba de unas 3.500 personas que se habían quedado sin techo tras el gran incendio ocurrido la noche anterior.

Esta mañana, el portavoz gubernamental, Stelios Petsas, tuvo que corregir las cifras. Anoche se había producido un nuevo incendio que arrasó con buena parte de lo que quedaba. Este mediodía ardía el resto.

En las imágenes que muestran las televisiones locales, se puede ver cómo en las carreteras que rodean el campo se han instalado miles de personas, sobre la calzada, en los arcenes, con carpas o simplemente sin nada.

Entre la multitud se podía ver a mujeres intentando tranquilizar a bebés cansados o hambrientos tras dos días sin comer, pero también imágenes de niños correteando como lo hacían en el campo, que ya antes de arder era un infierno en el que trataban de instalar una normalidad cotidiana.

Este mediodía se ha restablecido el suministro de alimentos, con normalidad, según el Gobierno, es decir, ONG llevan a la zona bandejas con comida y reparten botellas de agua.

El Gobierno prometió todavía esta mañana que esta noche las primeras personas tendrían un techo bajo el que dormir, bien fuera en una carpa o en un ferri que lleva atracado desde la madrugada en el noroeste de la isla.

LA POBLACIÓN LOCAL NO QUIERE UN NUEVO CAMPO

Sin embargo, hasta ahora ni ha habido traslados hacia esa zona, ni ha podido entrar la maquinaria necesaria para aplanar otra donde erigir un nuevo campamento provisional. La resistencia de la población local es demasiado grande, y grupos de ciudadanos, con el apoyo de las autoridades locales, han bloqueado la carretera de acceso a Moria.

Pero también muchos migrantes se resisten a quedarse en lo que solo conocen como un infierno.

«De momento nadie puede estar seguro de cuándo se harán los primeros traslados o cuándo serán colocadas las carpas, porque todos se resisten a todo», señaló a Efe una fuente del ministerio de Migración.

«Hemos encontrado unos terrenos donde instalar tiendas de campaña para que los migrantes pasen allí los próximos meses, pero tanto los isleños como los migrantes se resisten a todo intento de instalación en otros lugares. Ambos grupos están de acuerdo en una cosa: que deben marcharse de la isla, pero eso no es posible», añadió la citada fuente.

Desde anoche el Gobierno está manteniendo negociaciones con las autoridades locales, hasta ahora sin éxito, por lo que no está claro cual será el resultado.

El gobernador de la región del Egeo Septentrional, Konstantinos Mutzuris, afirmó hoy que la población local estaría dispuesta a aceptar un centro de registro en el que los refugiados recién llegados desde Turquía pasen una noche o dos, pero no una estructura cerrada con miles de personas.

«En Lesbos es casi imposible crear otra estructura porque la población ha estado sufriendo durante mucho tiempo y tiene miedo», añadió Mutzuris a la emisora Skai, lo último en alusión a los casos de coronavirus que se han registrado en el campo.

El portavoz del Gobierno ha asegurado que toda la población del campo será sometida a pruebas de COVID-19 y que ya se han encargado 19.000 test adicionales a los que ya había en la isla.

NO HABRÁ TRASLADOS AL CONTINENTE

Lo que ha dejado claro el Gobierno conservador griego es que no tiene planes de trasladar a los refugiados a la parte continental, tal y como reclaman los isleños y todas las ONG.

«No debemos motivar a algunas personas a pensar que si queman su casa, les encontraremos otro lugar. Nos hemos ocupado de los menores no acompañados, pero no habrá ningún traslado al interior para quienes deseen incendiar la carpa en la que se alojan», sentenció hoy Petsas.

Aunque el Gobierno ha anunciado que investigará a fondo las causas de los incendios, no ha dejado lugar a dudas de que los incendios han sido provocados por los propios residentes, para así lograr su reubicación. EFE

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