OPINIÓN|
El prefijo proveniente del griego “cracia”, significa dominio, fuerza, poder en el entorno social y ha dado lugar a palabras como plutocracia, gerontocracia, aristocracia; el más usado es democracia como forma de gobierno en la que el poder que reside en el pueblo. Con creatividad y visión del futuro, el anterior gobernante estableció una innovación en el ejercicio del poder: la “cacocracia” como lo demuestran los resultados de las investigaciones y juicios comenzando por el cabecilla. La palabra “caco” también proviene de la mitología griega para referirse a ladrones expertos.
La corrupción se ha dado en todos los gobiernos de todos los países, pero en el anterior se generalizó en sus dimensiones y modelos. Algunos de los más cercanos colaboradores, del “círculo rosa”, han sido sentenciados por soborno a 8 años de prisión hace unos días y todavía queda mucha tela por cortar. El caporal disfruta de “vacaciones” en Bélgica y puede hacer jorga con otros ex que están prófugos en otros países como Toledo del Perú, Pérez Molina de Guatemala. La cacocracia se ha internacionalizado.
Una forma “sabia” de consolidar la cacocracia fue meter las manos en la justicia, como ocurrió en el correato –manos sucias por supuesto- para garantizar la impunidad. Pero el viejo aserto “La justicia tarda, pero llega” ha funcionado, luego de una limpieza al poder judicial. No es extraño que el jefe de la banda trate de volver al poder para reinstaurar esta forma de gobierno que ha sido muy provechosa para los bolsillos de unos cuantos.
Fiel a la equidad de género están en la “jorga” algunas mujeres. Si se cambia el género de la palabra del nuevo gobierno, sería de mal gusto, pero sin necesidad de esta modificación, igual apesta. (O)
