EDITORIAL|
De acuerdo a las disposiciones constitucionales, la declaración del Estado de emergencia concluye a partir de hoy, y por lo tanto al no poder renovarse, corresponderá a cada gobierno municipal y gobiernos parroquiales la aplicación de las medidas que sean menester, a fin de mantener las elementales medidas que impidan el incremento de los contagios por el COVID 19, esto es conservar la distancia mínima entre personas, utilizar mascarillas, lavarse frecuentemente las manos, y sobre todo evitar las llamadas reuniones sociales y familiares, que son la principal causa, según los profesionales de la salud, de los repuntes de la pandemia en nuestro país.
Las campañas de concienciación, para que cada persona sea responsable de cuidarse en esta pandemia, de poco servirán si es que no existe la voluntad de la ciudadanía en conjunto para actuar de manera responsable, particularmente los jóvenes, que son los más proclives a pasar por alto estas normas de cuidado y precaución, por su misma edad. Difícil es, por cierto, un cumplimiento total y absoluto de las medidas de prevención y el distanciamiento social, ante lo cual se vuelve indispensable que los municipios, y en este caso particularmente el GAD Municipal Cuenca, emitan y apliquen las normas correspondientes, para que la situación no quede fuera de control, una vez terminado el período de emergencia.
Es positivo mantener la prohibición de circular todos los vehículos, mediante el sistema que hasta hoy se ha venido practicando, es decir por placas pares e impares. En cuanto al denominado toque de queda, si bien esta disposición no podrá emitirse a nivel de todo el territorio nacional, si son posibles las restricciones que los gobiernos municipales emitan, sobre todo los fines de semana, para impedir una masiva afluencia de personas sin el debido control. Es de esperar, por lo tanto, que la responsabilidad ciudadana, unida a medidas responsables de los municipios y otros organismos locales permitan mantener bajo control la situación.