OPINIÓN|
La sentencia en el caso “Sobornos”, emitida hace pocos días, señala que los delincuentes –digo así porque cometieron actos delictivos y formaron parte de una organización delictiva- deben pagar al Estado algo más de 14 millones de dólares como reparación por los perjuicios irrogados a aquel.
Está bien, pero debemos señalar que ese monto es una gota de agua en el mar inmenso de dinero robado por esas mafias del correato. Hay quienes calculan en más de dos mil millones el perjuicio. Los prófugos, incluido Correa, están ya disfrutando de la ingente riqueza que consiguieron delictivamente mientras ejercieron el poder absoluto en el país, haciendo y deshaciendo como les vino en gana.
El Presidente Moreno ofreció luchar contra la corrupción y hacer una “cirugía mayor” pero ya vemos que absolutamente nada ha hecho. Durante su gobierno ha habido múltiples actos delincuenciales, muchísimos delincuentes del correato y del morenato se han escapado en las narices de la Policía y de los jueces que ¿quizá a propósito concedieron las famosas medidas sustitutivas como el inservible “grillete electrónico” o la inútil “prohibición de salida del país” que cualquier niño puede desobedecer y burlar fácilmente?
Moreno incumplió su ofrecimiento de traer una Comisión Anticorrupción de la ONU e insistentemente ha rehuido la posibilidad de contratar organizaciones internacionales expertas en rastrear y descubrir en dónde han sido escondidos los enormes recursos robados por las mafias correístas.
Hay quienes dicen que Moreno está empeñado en proteger a los delincuentes del correato, tal como fue el propósito del déspota al ponerle en la alta magistratura en forma muy poco clara; también parece claramente estar empeñado en proteger a los correístas que están en su gobierno y quién sabe si evitar se avance en el caso inapapers y similares. (O)