Un equipo científico de tres universidades ha identificado un compuesto que promete ser eficaz contra el enterovirus 71, causa común de la fiebre aftosa humana entre bebés y niños, según un artículo que publica este martes la revista Nature Communications.
«Para las enfermedades que no tienen un buen tratamiento, quizá el problema es que hemos estado enfocados en el aspecto equivocado,» señaló Amanda Hargrove, una de las autoras del estudio y profesora de química de la Universidad Duke, en Carolina del Norte.
Actualmente no hay vacunas ni medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA) para la prevención y el tratamiento de esta enfermedad, que cada año afecta a cientos de miles de niños, particularmente en el sudeste de Asia.
Si bien la mayoría de las personas que contraen la infección del enterovirus 71 sana en unos siete a diez días después de sufrir fiebre y escozor, los casos más graves pueden causar inflamación cerebral, parálisis y aún la muerte.
El compuesto al que se refieren los investigadores es una molécula pequeña que enlaza con el ácido ribonucleico (ARN), es decir el material genético del virus, y que modifica su forma tridimensional de manera que impide que el virus siga multiplicándose y que dañe al anfitrión humano.
Tradicionalmente, la mayoría de los compuestos está diseñada para enlazar con proteínas para bloquear o trastornar su papel como causante de enfermedades. Pero gran parte del genoma de los humanos y de los microbios que los enferman no codifica para proteínas, lo cual significa que los medicamentos existentes sólo alcanzan una fracción de su material genético.
Por eso, en lugar de apuntar a las proteínas, Hargrove y sus colaboradores buscan moléculas pequeñas que enlacen con el ARN, algo que la mayoría de los programas de descubrimiento de medicamentos ha dejado a un lado.
Este trabajo podría abrir la senda a tratamientos nuevos también para otras infecciones virales según los investigadores que incluyeron científicos de la Universidad Case Western Reserve, en Ohio, y de la Universidad Rutgers, de Nueva Jersey.
Cuando un virus como el enterovirus 71 -y también el SARS-CoV-2 que causa la COVID-19) infecta una célula humana, inyecta su ARN en la célula capturando su mecanismo interno para replicarse al punto en que, eventualmente, se propaga a las células cercanas.
Los trabajos anteriores en relación con el enterovirus 71 identificaron una parte de la estructura de su ARN que ayuda a que el virus capture el mecanismo de la célula que lo recibe y que necesita para replicarse.
Esta región del ARN se pliega sobre sí misma como una horquilla para el cabello, con una curva en el medio donde los nucleótidos no apareados se amontonan hacia un costado.
Si pudiese desarrollarse un medicamento que inhiba esta región, dicen los investigadores, sería posible bloquear el virus antes de que alcance la fase en la cual se propaga. EFE