El incremento de las enfermedades crónicas y no transmisibles se ha convertido en una amenaza global. De acuerdo con datos del Banco Mundial, publicados en febrero de 2020, cada año mueren 15 millones de personas antes de los 70 años debido a estas afecciones, entre las que se incluyen: dolencias cardiovasculares, distintos tipos de cáncer, diabetes y obesidad. En Ecuador el 72,2 % de las personas fallecen a causa de estas enfermedades.
Según el último reporte del Instituto Nacional de Estadística y Censos en el 2019 se registraron 73.431 defunciones generales, evidenciando un crecimiento del 2 % con respecto al 2018. Se muestra a la enfermedad isquémica del corazón como la primera causa de muerte en hombres y mujeres con 8.574 defunciones, seguida de la diabetes mellitus con 4.890. En adultos de 30 a 64 años y mayores a 65 años, las enfermedades isquémicas del corazón son la principal causa de muerte en el país.
Durante la pandemia se ha identificado que los pacientes con hipertensión o enfermedades cardiovasculares que contraen COVID-19 son más propensos a presentar cuadros graves del virus, a diferencia de las personas sin estos antecedentes médicos. De acuerdo a un estudio realizado en China, “Evolución clínica y factores de riesgo de mortalidad de adultos pacientes hospitalizados con COVID-19 en Wuhan, China: un estudio retrospectivo de cohorte” (Lancet), la prevalencia de estas dos enfermedades en pacientes con COVID-19 es del 3 8%. Los síntomas más comunes que se presentan en el cuadro clínico inicial son: fiebre, tos, disnea y fatiga, seguidos de otros menos comunes como, la cefalea, síntomas gastrointestinales y síntomas en las vías respiratorias altas. La Organización Panamericana de la Salud menciona que, la COVID-19 grave puede dar paso a un síndrome de dificultad respiratoria, insuficiencia respiratoria, arritmias, lesión cardiaca aguda, choque, insuficiencia multiorgánica e incluso causar la muerte.
En este contexto, en el Día Mundial del Corazón, que se celebra cada 29 de septiembre, la Dra. Blanca Barreto, Asesora Médica de Bayer, señala que “la mayoría de enfermedades cardiovasculares se pueden prevenir mediante un estilo de vida saludable, evitando el consumo de alcohol y cigarrillo, llevando una dieta equilibrada y realizando actividad física. Sin embargo, existen factores de riesgo que no son imposibles de cambiar como: antecedentes familiares, edad avanzada, género en algunos casos o pacientes que las heredan”.
Considerando el contexto actual hay que prestar mayor atención a los tipos de enfermedades cardiovasculares más habituales y que muchas personas desconocen, como: la arteriopatía coronaria (APC) y la arteriopatía periférica (APP). El estudio, denominado “Mi salud vascular”, que se llevó a cabo en nueve países y se entrevistó a 1.000 personas en cada uno, reveló que, solo un 23% de las personas conocen las enfermedades vasculares que afectan a las arterias y venas, restringen el flujo de sangre por el organismo y ocasionan lesiones en los órganos o extremidades.
¿Cómo puedo reconocer estas enfermedades y cuáles son los síntomas?
A menudo, la enfermedad arterial no provoca síntomas, pero conforme la acumulación de placa en las arterias empeora, los síntomas comienzan a aparecer.
- Arteriopatía coronaria, una acumulación de placa en las arterias coronarias podría ocasionar problemas graves, como un ataque al corazón o un ictus.En el 2015, esta enfermedad provocó 8,8 millones de muertes en todo el mundo. Entre los síntomas más notorios se encuentran: dolor o molestia en el pecho (angina) producido porque el corazón no está recibiendo suficiente sangre u oxígeno, peso o dolor opresivo en el pecho, que se puede extender al cuello, brazos, estómago o parte superior de la espalda. En el caso de que la acumulación de placa sea extensa, puede dar lugar a una angina inestable o un ataque al corazón.
- Arteriopatía periférica, se produce por la acumulación de placa en las arterias periféricas, que son las encargadas de llevar la sangre a las extremidades, pudiendo ocasionar gangrena y amputaciones. En el mundo, aproximadamente 202 millones de personas se ven afectadas por esta enfermedad. Algunas presentan síntomas leves o casi nulos, mientras que otras tienen dolor en las piernas o calambres como consecuencia de la actividad física, un cambio en el color de las piernas, crecimiento más lento de las uñas de los pies, pérdida de pulso o pulso débil en las piernas o pies, entre otros. Los dolores pueden desaparecer después de descansar, pero si la enfermedad de las arterias periféricas avanza, el dolor persiste aun cuando se repose.
La Dra. Barreto recomienda acudir al médico de confianza para realizar un chequeo exhaustivo si se identifica uno o más de estos estos síntomas. Aquellas personas mayores de 40 años con enfermedades crónicas preexistentes como la diabetes u obesidad deben acudir a un doctor como parte de su rutina, una o dos veces al año, y realizarse un examen para la detección temprana de cualquier tipo de enfermedad cardiovascular. En caso de que el paciente ya tenga estas afecciones, y considerando la actual pandemia, se aconseja que:
- Realice actividad física a un ritmo moderado, sin que esto le provoque los síntomas que normalmente tiene en las piernas. Lo puede hacer dentro de la casa, para evitar exponerse al virus.
- Si tiene diabetes, es necesario que lleve un registro del nivel de azúcar en su sangre y lo mantenga bajo control, de acuerdo a las indicaciones de su médico.
- Controle su presión arterial. La ansiedad y el estrés ocasionados por el confinamiento, pueden provocar aumentos de presión arterial en algunas personas. Recuerde que la tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg1 cuando el corazón late (tensión sistólica) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica).
- Revise constantemente sus pies, haciendo énfasis en la parte superior, los lados, plantas, talones y entre los dedos y utilice una crema hidratante para mantener su piel saludable. Si nota alguna anomalía, tome contacto con su médico y de preferencia agende una cita virtual (telemedicina).
- Siga las recomendaciones y tratamiento prescrito por su médico, evite auto medicarse.
Finalmente, llevar una dieta sana, con bajo contenido de grasa y colesterol, siempre ayudará a controlar cualquier tipo de enfermedad o evitar que surja una.