“Ejemplos de lo que no se debe hacer”

Hugo Lucero Luzuriaga

OPINIÓN|

Aunque parezca contradictorio existen “ejemplos de lo que no se debe hacer” por ser negativos para el tejido social, constituyéndose paradójicamente en nefastas vivencias que hay que desecharlas para poder convivir en paz, armonía, igualdad, justicia y caminar hacia el desarrollo.

Son innumerables en un país como el nuestro, por ello, creemos que es oportuno ilustrar unos pocos para tratar de evadirlos en función de una adecuada salud mental que vendría muy bien estando a las puertas de las elecciones. Verbigracias: traicionar a la persona que lo llevó al poder después de ensalzarle aduciendo que fue el mejor Presidente, formar parte de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea teniendo “rabo de paja”, sonreír de felicidad al dar a conocer que está endeudando más a los ecuatorianos, sorprenderse de los robos en hospitales después de haberlos entregado entre gallos y medianoche, congraciarse con los médicos (héroes impagos) sin siquiera intentar la cirugía mayor, decir no conocer a casi ninguno de la banda del “arroz verde”, preocuparse al final del primer club deportivo profesional del Austro cuando está casi en quiebra, mostrarse apenado por renunciar a un cargo ganado en elecciones defraudando a los votantes por aspiraciones casi que individuales o grupales, y, un largo etcétera.

Lo descrito debe motivarnos a no confiar en la próxima campaña electoral, tanto de los besos volados -por la pandemia- como de muchas promesas de los de ayer enemigos hoy panas amigos, de las ofertas para acabar con la corrupción, impunidad, traerles a los malandros con la plata de lo robado y muchas más como quizá, que no es de sorprenderse, la dotación de otro moderno tranvía.

Sugerimos y aspiramos que de manera especial los políticos, siquiera por un pequeño espacio de tiempo, nos dejen de mentir y dar malos ejemplos. Es la hora de ser realistas y consecuentes con el pueblo que está harto, asqueado de la política, más pobre que nunca, defraudado, sin trabajo y en una crisis sanitaria que parece que no tiene fin.  (O)