Carlos y Luis, nombres protegidos, viven desde hace unas semanas bajo el puente que colinda con el coliseo Jefferson Pérez, en la avenida Unidad Nacional. Durante el día reciclan botellas para sobrevivir y piden limosnas.
Su situación no es la única. En las últimas semanas equipos de la Fundación Vida y el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) han prestado atención a personas que vivían bajo el puente del Otorongo, de El Vado y el paso peatonal de la Universidad Católica de Cuenca.
El incremento de la mendicidad también es visible en esquinas, plazas y alrededores de restaurantes y centros comerciales donde personas, en ocasiones con niños en brazos, piden dinero a los conductores y transeúntes.
El sociólogo Hernán Cáceres indica que este incremento en la mendicidad tiene dos explicaciones, la primera el alto desempleo que se vive en el país, y la segunda la falta de intervención de las autoridades competentes tanto para prestar ayuda como para controlar este tipo de actividades.
“Esta gente está desprotegida, sin trabajo, sin techo en muchas oportunidades, pero también está rodeada por un ambiente de adicciones, trabajo infantil y explotación de muchas formas” comenta.
Acciones
De acuerdo con los técnicos del MIES, a cargo del coordinador zonal 6, Felipe Moscoso, al momento existe un albergue provisional para 72 personas que se quedaron sin sustento económico o vivienda durante la pandemia, la mayoría de ellos extranjeros.
El Proyecto Vida, del Municipio de Cuenca, trabaja en convenio con organizaciones de apoyo a la población vulnerable e interviene en casos de mendicidad.
La Casa del Migrante mantenía un programa para facilitar un corredor humanitario que permita que los extranjeros regresen a su país de origen, pero este se vio frenado por la pandemia.
Los técnicos del MIES reconocen que si bien la ayuda es permanente y en medida de las posibilidades económicas del país, el problema de la mendicidad es creciente.
A nivel nacional 700 personas son asistidas por el Gobierno pero el número de quienes se encuentran en situación de calle es mayor. Solo el colectivo ‘Venezuela en Ecuador’ tiene identificadas a 8.000 de ellos y el número crece día a día. (JMM) (I)