De las 10 pozas de anfibios que construyó el Municipio de Cuenca en 2017 solo seis están en buenas condiciones. Otras dos están dañadas debido a actos vandálicos y una tercera fue destruida por desconocidos.
Actualmente el Bioparque Amaru, que tiene un centro de conservación de anfibios, intenta recuperar los embalses afectados y dar mantenimiento a los que están en uso con el fin de conservarlos.
Asimismo se tiene previsto reubicar el que estaba en la calle Paseo Veinsiete de Febrero dado que fue destruido casi en su totalidad. Una de las opciones es que sea colocado en un parque de la ciudad.
Iván Cárdenas, técnico de la Comisión de Gestión Ambiental (CGA), del Municipio de Cuenca, dependencia promotora de este proyecto, explicó que el objetivo de estas pozas es que sirvan para la conservación de la rana gastrotheca.
Se trata de una especie también conocida como marsupial, que es endémica de Cuenca, es decir que solo hay en esta ciudad, y por eso se la bautizó con el nombre de gastrotheca cuencana.
Este proyecto se financió con un crédito de 300.000 dólares, que fueron fondos no reembolsables, producto de una convocatoria a un concurso que hizo el Banco del Estado (BDE).
Cárdenas señaló que se construyeron tres de estas pozas en las márgenes del río Tomebamba, otras tres en las orillas del Yanuncay; otras tres en las del Tarqui, y una en el parque El Paraíso.
Indicó que las ranas son especies consideradas como indicadores de la calidad del medio ambiente, además trabajan como filtro de materia orgánica y sirven para el control de plagas.
Hasta diciembre de este año el Bioparque Amaru tiene que completar el mantenimiento y recuperación de estos embalses. Esto por un monto de unos 10.000 dólares, que cancela la municipalidad.
Este proyecto ha recibido importantes reconocimientos a nivel nacional, como por ejemplo, ser un referente a las buenas prácticas, por parte de la Corporación Líderes para Gobernar, en 2018.
Para Marco Salinas, biólogo e investigador en conservación, es necesario la conservación de estas pozas de anfibios, dado que son fundamentales para el estudio de estos animales, que son vitales para la naturaleza.
“Cuenca y la provincia de Azuay tienen condiciones naturales exepcionales, por eso los investigadores internaciones consideran a esta ciudad como un laboratorio natural, y eso hay que aprovecharlo…”, indicó.
Salinas cree que es necesario replicar estos espacios de preservación en otros cantones de la provincia, con el fin de evitar la extinción de las especies de anfibios, que están en peligro de desaparecer. (CSM)-(I)
CONSERVACIÓN DE ANFIBIOS
El proyecto Conservación de la Biodiversidad Urbana de Cuenca: Monitoreo y Reubicación de Anfibios surgió por una denuncia ciudadana que alertó sobre la condición de peligro que un grupo de anfibios presentaba.
Esto por la pérdida de su hábitat natural debido a la construcción de un edificio, por lo que se procedió a rescatarlos, sin embargo, esta problemática se evidenció en otros sectores de la ciudad, en donde avanza la urbanización.
Así lo recordó Reinaldo Soto, ingeniero ambiental, para quien es necesario proteger a estas especies y eso se logra solamente reubicándolas en ambientes parecidos a su hábitat natural.