A la lista de festivales culturales y grandes eventos cancelados por la pandemia del coronavirus podría sumarse próximamente el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, que se celebra cada año desde 1960 en la ciudad chilena y que es uno de los más famosos de Latinoamérica.
«Creo que el Festival de Viña no se puede hacer. O sea, en febrero, aunque tengamos vacuna, no vamos a tener a toda la población vacunada y podemos tener un brote gigante», reconoció el ministro chileno de Salud, Enrique Paris.
En un certamen como las características de este, con gran cantidad de público y trabajadores, «no hay cómo controlar a la gente», agregó Paris durante una entrevista la noche del lunes en la cadena local Canal 13.
El festival, licitado a empresas privadas por la Municipalidad de Viña del Mar, a 110 kilómetros de Santiago, se emite cada año por televisión en diversos países y en su edición de este año participaron artistas como el puertorriqueño Ricky Martin, la chilena Mon Laferte, el español Pablo Alborán o la banda estadounidense Maroon 5.
La alcaldesa de la ciudad balneario, la conservadora Virginia Reginato, se ha mostrado hasta ahora reacia a cancelar el evento, que está programado para el próximo febrero, pese a que los organizadores le pidieron por carta hace unas semanas aplazarlo dada la «total incertidumbre» generada por la pandemia.
«Si las condiciones sanitarias lo permiten, vamos a hacer todo lo posible para que el festival se realice, porque el verano será vital para reactivar Viña del Mar», contestó entonces Reginato.
Con 461.300 infectados y 12.725 muertos desde el inicio de la pandemia en marzo, Chile es el duodécimo país del mundo con más contagios totales, según la Universidad Johns Hopkins.
La pandemia parece remitir en la mayor parte del país, a excepción del sur, y la mayoría de las ciudades avanzan en el plan de desconfinamiento y apertura gradual de la economía implementado por el Gobierno en julio.
Las fronteras, sin embargo, permanecen cerradas desde hace casi siete meses, al igual que las clases, y en todo el país rige un toque de queda nocturno.
La industria cultural está siendo además una de las últimas en reactivarse y las salas de teatro y concierto aún no se han reabierto en la capital, el gran epicentro cultural de Chile.
La pasada edición del festival de Viña estuvo a punto de cancelarse debido a la grave crisis social en la que estaba sumido entonces Chile, aunque finalmente el certamen se llevó a cabo y se registraron violentas protestas durante los primeros días, con decenas de heridos y detenidos. EFE