Discriminación de este tipo de pacientes -cuando se contagian con el coronavirus- a la hora de acceder a las UCI o a los respiradores; retrasos en el diagnóstico de la enfermedad en la que los índices de supervivencia tienen mucho que ver con el diagnóstico precoz; y cirugías pospuestas o reprogramadas.
Las advertencias se han puesto hoy sobre la mesa durante una rueda de prensa organizada por el Grupo Español de Investigación del Cáncer de Mama (GEICAM), que ha reunido de forma virtual a científicos, oncólogos y pacientes conectados desde España, Brasil y Alemania.
Los expertos han revisado los últimos avances científicos en cáncer de mama y han repasado cómo está impactando la pandemia mundial causada por el coronavirus sobre la asistencia a los pacientes en España y en América Latina.
Muy negativamente, han concluido todos los ponentes; y han advertido de las diferencias de equidad e igualdad que existen en España dependiendo de la comunidad autónoma donde enferme una paciente con cáncer de mama; pero también de las diferencias que existen, (tanto en capacidad de diagnóstico, como de tratamiento y perspectivas de supervivencia), entre los países más desarrollados y los que están en vías de desarrollo o los más pobres.
Desde el Hospital Sao Lucas de Porto Alegre (Brasil), el oncólogo Carlos Barrios ha alertado de la especial incidencia de esta pandemia en América, que registra casi la mitad de los contagios de todos el mundo y donde seis países (Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Perú y México) figuran entre los veinte con una tasa de mortalidad más alta.
El doctor ha denunciado la «falta de liderazgo» político para afrontar esta crisis sanitaria -un argumento que han compartido después todos los ponentes- y ha denunciado la discriminación que sufren los pacientes de cáncer cuando enferman, al tener -ha asegurado- menos oportunidades de acceder a una UCI o a un respirador artificial.
En representación de la Federación Española de Cáncer de Mama ha intervenido la paciente María Luisa Villafranca, quien ha advertido del los colapsos asistenciales a causa de la pandemia, de los retrasos en las consultas, de las cirugías reprogramadas o pospuestas, y sobre todo del retraso del diagnóstico que padecen muchas mujeres.
Villafranca, que va valorado la nueva conciencia social que a su juicio existe a favor de la ciencia y de la investigación y el liderazgo social que hoy ejercen los investigadores y los sanitarios, ha asegurado que la pandemia «pasará» pero el cáncer de mama «estaba, está y estará» cuando acabe la epidemia.
Ha sido la ciencia, ha subrayado María Luisa Villafranca, la que ha propiciado diagnósticos cada vez más tempranos, avanzar en terapias y medicamentos cada vez menos agresivos y reducir los efectos adversos de esos tratamientos.
Desde el Centro Alemán de Investigación Oncológica, en Heidelberg, la doctora Renée Fortner -que apuntó que Alemania es uno de los países que mejor está afrontando la crisis y que en este país no se ha producido esa «falta de liderazgo»- se refirió al profundo conocimiento que ya existe sobre los factores de riesgo relacionados con el cáncer de mama.
Y citó: ser mujer, la edad, el estilo y hábitos de vida, el peso, la actividad física o el consumo de alcohol; y otros asociados a la vida moderna, entre los que destacó los componentes de muchos contraceptivos .
El doctor José Enrique Alés, jefe de la Unidad de Oncología Médica del Complejo Asistencial de Ávila, ha alertado de que la pandemia ha servido de «despertador» y de que tras el primer «tsunami» muchos países, entre ellos España, están sufriendo «una gran ola» aunque están «un poquito» mejor preparados para afrontar la situación.
El oncólogo ha descrito la situación inicial como una «situación de guerra» en la que había que asignar los recursos de que se disponía (tratamientos, UCI o respiradores) a cada paciente y la discriminación que han sufrido en ese sentido y en muchos lugares las personas con cáncer, pero ha corroborado el empeño que puso en su centro para que ningún paciente fuera excluido o relegado por ello.
La clave para combatir el cáncer de mama y aumentar los índices de supervivencia, según han coincidido todos los ponentes hoy en el encuentro virtual, es el diagnóstico precoz, por lo que la pandemia no debe interrumpir los esfuerzos -han dicho- que se hacen en prevención y diagnóstico.
Y han avanzado que tras haber conseguido durante las últimas décadas y gracias a la ciencia y la investigación personalizar y mejorar los tratamientos, el reto de cara al futuro es «personalizar los factores de riesgo». EFE