Arte ecuatoriano se lanza a las redes para eludir los efectos de la COVID-19

AUD, artista ecuatoriano / Cortesía

El arte ecuatoriano ha sucumbido a las redes del internet para eludir los efectos de la COVID-19, que obligó al cierre de cines, teatros, museos y otros, dejando sin ingresos a muchos artistas, algunos de los cuales han logrado sobrevivir «con las justas» con sus espectáculos en línea.

Y es que en la industria del entretenimiento, la era de los espectáculos presenciales en Ecuador ha cedido el trono -al menos de momento-, el formato virtual para llevar el arte local, incluso, allende fronteras.

«Considero que esta digitalización o producción de eventos en línea nos ha permitido, dentro de toda esta crisis, que nuestros clientes, como productores de eventos y artistas, puedan seguir trabajando», dijo a Efe José Toral, director de «Buen Plan», empresa de promoción, realización y venta de tiquetes de shows en línea.

ARTE DURANTE LA CUARENTENA

La pandemia, que obligó al aislamiento social durante varios meses para dar paso a una desescalada paulatina, abrió la puerta a los espectáculos en línea, una opción que promete quedarse, pero que Toral cree que, muy difícilmente, reemplace a los presenciales.

Ecuador se sumó a la modalidad implementada en otros países por artistas como el español Alejandro Sanz, quien suspendió parte de la gira mundial, pero ofreció un concierto improvisado, desde Miami, en marzo pasado con la etiqueta «La gira se queda en casa».

Con más de treinta años de trayectoria, José Martín Galarza, conocido en el mundo artístico como AU-D, fue uno de los primeros músicos ecuatorianos en realizar un show virtual.

Recuerda que logró la atención de 600 espectadores, aunque lo más difícil fue convencer al público de consumir espectáculos desde casa y que paguen por ellos en medio de una crisis económica.

«Cuando terminábamos un show virtual sentíamos como si fuese la primera vez que nos presentábamos en nuestra vida, era un tanto desgastante, pero gratificante a la vez, porque nos veían personas desde Italia, Estados Unidos y Bélgica, países a los que hubiéramos tenido que viajar para que nos escuchen», dijo el músico a Efe.

También el teatro tuvo que adaptarse y migrar a las plataformas virtuales para «sobrevivir» durante el confinamiento.

Una mutación en la que la actriz guayaquileña Mercedes Payne sustituyó el espacio físico lleno de risas y aplausos del teatro a un set «pequeñito» y vacío.

«Transmitir nuestros shows a través de una pantalla fue difícil, pero era la única forma viable de llegar a nuestro público y poder trabajar, porque esto no es un hobby», dijo a Efe Payne, quien debió familiarizarse con la tecnología para adaptar su arte a lo virtual.

VIVIR «CON LAS JUSTAS»

En marzo pasado, cuando apenas empezaba el confinamiento, AU-D impulsó la iniciativa «Música Desde Caleta», un proyecto altruista para que artistas locales canten a dúo canciones emblemáticas del Ecuador en un intento por hacer de la música un bálsamo para las angustias del momento.

El proyecto se selló con la exitosa realización de unos ochenta vídeos de más de treinta artistas ecuatorianos, que con sus voces brindaban ánimo a la población en meses en que los noticieros daban cuenta de los efectos de la COVID-19 y sus desgarradoras secuelas en medio de la peor crisis sanitaria y funeraria en Guayaquil.

La iniciativa de AU-D caló profundamente en la población, pero los artistas se enfrentaron -como todos- al dilema económico.

«Tuve que cancelar todas las fechas que tenía programadas desde marzo hasta octubre y buscar una alternativa a las presentaciones en vivo», comentó a Efe el actor y comediante, José Pacheco.

Por ello, en mayo inició el ciclo de presentaciones virtuales: adaptó una pared de su casa para convertirla en el set desde el que lanzó su «Manual de padres en cuarentena», un producto de entretenimiento adaptado a la nueva realidad.

Aunque Pacheco ha realizado 32 obras en vivo, con alrededor de setenta espectadores por función, la ganancia neta no ha sido mucha.

«La entrada cuesta cinco dólares, de esos cinco debes restarle la parte de la boletería, la tecnología que usaste y la sala virtual. Descuentas eso y te quedan apenas tres dólares. Antes la entrada costaba entre quince y veinte dólares», recordó.

Sin embargo, es un ingreso que ayuda a cubrir ciertos gastos, añade el artista que se prepara para lanzar «Todas las memorias pandémicas», también en forma virtual.

Actriz y productora de teatro, cine y televisión, Ana María Balarezo aseguró a Efe que los ingresos que le generan los espectáculos virtuales le han ayudado a sobrevivir «con las justas».

«Tuve bastante incertidumbre porque muy pocas personas compraban las entradas y se conectaban, luego empezó a tomar fuerza», señaló Balarezo con alivio.

Recordó que varias veces se quedó a dormir en el teatro por las restricciones de movilidad, pero eso no la detuvo para grabar cinco obras, en las que tuvo 8.000 visitas en vivo.

SE CIERRAN PUERTAS, SE ABRE EL MUNDO

Durante la pandemia «Buen Plan» ha transmitido en línea 700 espectáculos de diferentes géneros y artistas, y planea seguir con esta modalidad pues su director insiste en que lo virtual llegó para quedarse, facilitando la apertura al extranjero.

«Hemos tenido buena aceptación, constatamos la compra de tickets desde Italia, España, Estados Unidos e incluso Taiwán y Las Guayanas», enumeró.

Y, aunque las autoridades dispusieron que se abran cines, teatros y auditorios con aforo reducido, AU-D, Payne, Pacheco y Balarezo seguirán con lo virtual por tiempo indeterminado pues, aunque la COVID-19 les cerró las puertas físicas de los escenarios, les abrió las del ancho y ajeno mundo virtual. EFE