Cuenca se abre a la nueva normalidad

Vacío, así lucía hace unos meses el Centro Histórico de Cuenca, corazón de la ciudad, que hoy vuelve a latir con fuerza.

Y aunque su paisaje ahora se llena de mascarillas, visores y uno que otro traje especial, la vida de los ciudadanos llena de a poco plazas, parques y calles.

El desconfinamiento cumple 2 semanas, las medidas de restricción son limitadas y los cuencanos son sus propios cuidadores.

Sin los controles, el comercio, principal pulmón económico de la ciudad, toma un nuevo aire.

Rosa Mogrovejo es una de las personas que ha visto el cambio diario de la ciudad desde el vacío total a mediados de marzo, hasta el lleno completo de buses y tranvías hace unas semanas.

Ella trabaja en una institución financiera y no paró durante estos meses en los que ha ido cambiando ella angustia de un posible contagio por el estrés del tráfico, la falta de parqueos y las aglomeraciones.

“Al inicio yo salía unos días en mi carro y otros en una buseta que nos facilitaron, después utilicé el tranvía y hoy todo vuelve a la normalidad”, comenta.

La realidad vivida durante la pandemia se refleja en los datos del ECU-911, que tras una movilidad abrumadora el 22 de marzo, día en el que los supermercados se llenaron de gente que se abastecía de víveres para el encierro, la ciudad de a poco se quedó vacía para hoy resurgir lentamente.

Ese día, solo en Cuenca se registraron 144 aglomeraciones, unos 2 días después fueron apenas 13, en espacios como mercados y bancos, en los otros puntos de Cuenca se vivía a puerta cerrada.

Plaza de San Francisco vacía durante los meses de confinamiento y la vigencia del toque de queda en la ciudad. PSR
Plaza San Francisco luego del confinamiento, ha vuelto a sus actividades normales y a la afluencia de gente. PSR

Hacía abril los carros también salían de las calles, el 26 de ese mes solo el 2,1% de los vehículos de la ciudad estaban circulando, esto es unos 31.000 autos, los demás permanecían guardados.

En la actualidad la Empresa de Movilidad, Tránsito y Transporte (EMOV) estima que en la ciudad se mueven unos 150.000 vehículos al día, con paisajes como la Avenida de las Américas o la calle Sucre totalmente llenas en horas pico.

El comercio también empieza a extender sus alas. Israel Cordero, quien tenía un negocio de artesanías en el centro recuerda que tuvo su local cerrado por 2 meses antes de quebrar por completo.

“Lo intentamos, pero sin gente en el centro mantener el negocio fue imposible” asegura.

Durante el tiempo que duró el confinamiento vendió sus artículos por Internet, pero dada la poca demanda optó por hacer “golosinas criollas” como llama a los quimbolitos, tamales y humas que prepara.

Hace 15 días abrió su local de comida rápida, en el que también ofrece las artesanías que le quedan.

“Me va bien, no me quejo, no es un ingreso grande pero hemos sobrevivido y estamos sanos, eso es lo importante” dice mientras alista la olla de humas para sacarla a la puerta de su local y atraer clientes.

Incluso la vida nocturna vuelve a dar luces. Al menos 40 bares y restaurantes abren sus puertas en las frías noches cuencanas, con aforo reducido, medidas de bioseguridad y licores que acompañados de comida calientan el estómago y el alma.

Sector de La Merced, donde los bares y restaurantes han vuelto a abrir sus puertas para recibir a sus clientes. PSR

Cuenca se reactiva de a poco, con precauciones ante el virus pero con el ánimo de seguir venciendo la pandemia.

Cuenca renace en su gente que se vuelve a apropiar de sus calles y plazas otrora vacías, gente que le da vida a esta ciudad patrimonio. (JMM) (I)

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