Comercio brinda asesoría personalizada del uso de telas
Almacenes Lira este 5 de octubre conmemora 50 años de fundación, una empresa familiar dedicada a la comercialización de telas. El 50% es producto nacional y el otro porcentaje importado.
Sus fundadores son Segundo León Rodríguez, nacido en Gualaceo; y, Fara Castillo Tapia, de Santa Isabel.
Ellos empezaron con un almacén en Santa Isabel denominado “La Elegancia”, en la línea de confección que atendían de lunes a viernes; y, paralelamente, abrieron en Cuenca Lira que lo abrían sábado y domingo. Luego de un par de meses, cerraron el uno y fortalecieron Lira.
Genaro León Ordoñez, gerente comercial de la empresa, uno de los nietos de los fundadores, menciona que el nombre Lira fue puesto por su abuelo porque es “elegante, rememora al instrumento musical y a la moneda de Italia”.
Cuando el almacén inició, lo que más vendían eran telas para faldas, trajes de hombre, ternos, camisas y blusas y poco a poco se fueron incrementando ciertas líneas diferentes.
Y en los años 80 y 90 hubo el boom de la tela del jean en Cuenca, entonces el almacén tenía la distribución de una empresa que se llamaba La Internacional “esa fue una de las líneas que catapultó al almacén”, señala el gerente.
Ahora cuentan con una línea súper extensa de moda masculina, femenina, línea industrial, uniformes corporativos, escolares y deportivos, decoración, lencería hospitalaria, manualidades y para ropa de niños también.
Nancy Ordóñez, madre de Genaro León Ordóñez, menciona que resaltan los colores y variedades en diferentes estampados y más “Lira tiene todo”.
Lo que más destaca ella es que a este almacén han llegado clientes que preguntan sobre los fundadores, a quienes guardan estima, además narran que con la producción que vende Lira varios emprendieron sus propios negocios.
Lira tiene como empresa la distribución autorizada de varias fábricas nacionales, también trabajan con producción importada de Colombia, China, Perú, India, Pakistán y otros lugares.
La pandemia los obligó a cerrar dos locales, el uno en Cuenca y el otro en Azogues
Cuando inició la pandemia, dice el gerente, empezaron a ver la necesidad que había de la gente por los trajes, mascarillas, etcétera, entonces “no nos fijamos en una oportunidad para nosotros en lo económico, sino le vimos como una oportunidad para poder ayudar y servir a la gente que está en la primera línea”.
Comenzaron a trabajar vía WhatsApp y telefónica haciendo despachos a puertas cerradas, hasta que les permitieron abrir con las medidas de bioseguridad.
La sucursal que tenían en Azogues la cerraron por la pandemia y también el local de la calle Lamar en Cuenca, que era especializado en la línea de consumos textiles, botones, cierres y afines. (I)