OPINIÓN|
En epidemia, advertimos una reapertura económica controlada desde la perspectiva individual, la más importante para preservar la salud, al tiempo que observamos los inicios del proceso electoral, que se mueve entre el temor de enfermar mirando aun de reojo a los postulados que difunden candidatos a las máximas dignidades, en donde volverán los mensajes efusivos de redención de la patria esquilmada, hasta el tuétano, por funcionarios detectados con las manos en la masa, que a nombre de la población hicieron pingues negociados, incluso en plena emergencia sanitaria, cuyo resultado ha sido desolación y muerte, mientras algunos personajes están a órdenes de la justicia que anhelamos cumpla sin dilaciones su deber.
Que pudiésemos hacer para estar a la altura de las circunstancias, con nuestra adhesión o repulsa a los candidatos: primero debemos conocer de sus competencias y experiencia para ocupar el sillón Presidencial o de la asamblea, no improvisados, averiguando a su currículo de servicio social, deshechando al fácil ofrecimiento en la audacia de la demagogia proclive en nuestras campañas, en segundo lugar el contrastar sus acciones practicas con sus enunciados en la asistencia sustentada a la comunidad, discerniendo sus aciertos y complicaciones en la solución de problemas y sus consecuencias en los informes de actuación en contraloría, cumplimiento de impuestos y otros, que demuestren su solvencia de no aprovecharse del erario nacional y tercero con libertad decidir sobre la mejor opción esperando los resultados de ver resurgir a una nación por ahora escamoteada y estropeada.
Está en manos de los votantes en conjunto re direccionar al país, con las opciones que tenemos, en una campaña que será diferente por el distanciamiento necesario, con las redes sociales con inusitada importancia de comunicación, al igual que los medios de difusión masiva, en donde se podrá dilucidar los cuestionamientos requeridos, por los vecinos, que estoy convencido acertaran, suponiendo que no sean nuevamente traicionados en sus esperanzas de una vida mejor, pero se requiere al menos un mínimo esfuerzo de selección. (O)