OPINIÓN|
Luego de una pandemia despiadada, los más golpeados en todos los órdenes son los adultos mayores, quienes no tienen, ni han tenido la protección del estado, aunque la publicidad gubernamental manifieste lo contrario, a estos grupos vulnerables no llegó la ayuda económica, ni las raciones alimenticias, que fueron entregadas con criterio netamente político a los “camaradas” jóvenes, de tal forma que los adultos mayores que no militan en partido alguno, colocaron franelas rojas en sus casas solicitando ayuda, las mismas perdieron su color y la anhelada ayuda nunca llegó, fue una engañifa y un ludibrio más para “nuestros viejitos” como dice el Presidente Lenin, quienes murieron por necesidad en unos casos y en otros se auto eliminaron ante la tragedia de su abandono familiar, de la sociedad y del estado, para aumentar su dolor el COE Nacional les prohibió salir a la calle y peor aún trabajar ,aquello significó una especie de muerte lenta y prematura. Nadie cumple con la atención que merecen los adultos mayores, sólo hay ofertas, pero de allí a la realidad hay una distancia inconmensurable. Los cambios biológicos en nuestro organismo son naturales y ocurren inexorablemente porque somos seres biológicos marcados por una herencia genética, esto no entienden los políticos ni los Gobiernos de turno y mientras no lo entiendan seguirá el ostracismo para nuestros mayores. Es necesario trabajar por la eliminación de los estereotipos y prejuicios, comenzando por nuestros propios hijos y nietos, así como en los medios, para que no lleguen a la sociedad, mensajes obsoletos y negativos, sobre nuestros adultos mayores y considero que es una tarea primordial y urgente resolver este complejo problema, para dotar a este grupo vulnerable de una vida digna. (O)