La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, alertó este miércoles del «grave» daño que podría causar una retirada «demasiado pronto» de los apoyos de los Gobiernos ante la pandemia de la COVID-19.
«Retirar el estímulo, y nos arriesgamos a un daño grave y autoinfligido», aseguró Georgieva en una rueda de prensa durante la asamblea anual del Fondo, que se celebra de manera virtual por la pandemia.
En su informe de Perspectivas Económicas Globales, el organismo multilateral pronosticó una recesión menos severa en 2020, del -4,4%, gracias a los enormes estímulos fiscales y monetarios aplicados por las autoridades de todo el mundo.
«Tras nueve meses de pandemia, todavía estamos luchando contra la oscuridad de una crisis que se ha llevado más de un millón de vidas, y puesto la economía en marcha atrás, causando que se dispare el desempleo y la pobreza, y el riesgo de una generación perdida en los países de bajos ingresos», aseguró.
Desde el estallido de la pandemia, el Fondo ha aprobado 280.000 millones de dólares en préstamos a más de 80 países.
SUSPENSIÓN (TEMPORAL) A LA AUSTERIDAD
Por ello, el organismo ha quebrado su habitual rigor presupuestario y, apoyado en los bajos tipos de interés y ante la magnitud de la crisis, ha defendido el mantenimiento del gasto.
Vitor Gaspar, el director del Departamento Fiscal del Fondo, recomendó a las autoridades ser «muy graduales y respaldar el estímulo fiscal hasta que la recuperación se encuentra en un piso sólido».
La gran mayoría de los países se han visto obligados a desplegar paquetes de rescate fiscal sin precedentes para amortiguar el golpe provocado por la pandemia, lo que ha provocado que sus niveles de deuda se hayan disparado.
Según los cálculos del organismo, el desequilibrio fiscal de Francia cerrará 2020 en el 118,7 % del PIB, Italia en el 161,8 %, Estados Unidos en el 131 % y España en el 123 %.
No obstante, Gaspar apuntó el difícil camino por delante para reequilibrar las cuentas públicas en el horizonte del medio plazo.
De hecho, reconoció que será inevitable que «los países con altos niveles de endeudamiento tendrán que ajustarse en el medio plazo, esforzándose en la protección de la inversión públicas y las transferencias a los hogares de bajos ingresos».
LA ÚNICA SALIDA ES LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL
«Una recuperación económica duradera solo será posible si derrotamos la pandemia en todo el mundo», indicó Georgieva, al señalar que la coordinación global será fundamental.
En la misma línea se expresó David Malpass, presidente del Banco Mundial, quien anunció la aprobación de un programa de 12.000 millones de dólares para expandir la respuesta rápida a la COVID-19 mediante la compra y distribución de vacunas, test y tratamientos.
Malpass señaló que la crisis podría extenderse durante el próximo año, por lo que calificó de fundamental extender la moratoria de deuda de para los países más pobres durante el primer semestre de 2021.
Los países del G20, las principales economías del mundo, acordaron este miércoles prorrogar la moratoria de deuda para los países más pobres durante seis meses, un periodo que podría ampliarse más dependiendo de la sostenibilidad de la deuda.
Desde el grupo del G24, que incluye a países en desarrollo de Latinoamérica, África y Asia, se señaló que la extraordinaria gravedad de la situación financiera de algunos países.
«La perspectiva de la pérdida de una década de desarrollo es muy real (…) Va a hacer falta un esfuerzo muy sincronizado y coordinado de todas las partes para que no que no caigamos en un episodios de bancarrotas en cascada», enfatizó Ken Ofori-Atta, ministro de Finanzas de Ghana y presidente del grupo en el marco de los encuentros del organismo. EFE