Los nuevos líderes administrativos del Deportivo Cuenca aspiran reforzar el plantel en algunas posiciones. El Expreso Austral cuenta entre sus arqueros con José “Loco” Camacho. Le tomó por sorpresa saber que el Club tiene planes de reforzar el arco.
Desde su óptica no sería necesario, pero “si quieren traer otro arquero será bienvenido, siempre las personas que lleguen a un equipo serán para sumar”.
“Me tomo el atrevimiento de decir que hay cuatro grandes arqueros: Brian Heras, que es un arquero de Selección, siempre lo he dicho; (Kenner) Leni que llegó de Barcelona SC, una gran institución; el ‘chino’ (Eduardo Jiménez) que es un gran prospecto para el Club; y mi persona que he jugado en varios equipos profesionales, nadie me ha regalado nada, pero no he tenido la oportunidad de actuar”.
Su apodo nace el 30 de junio de 2013 luego de erigirse como figura del Macará frente a Emelec en su debut profesional. Tenía 22 años. Un reconocido periodista deportivo lo bautizó así por ser “un arquero muy arriesgado, lidero mucho la parte de atrás, me gusta hablar los 100 minutos del partido, me gusta ordenar a mis centrales, soy una persona que, si tengo que meter la cabeza para sacar la pelota, lo hago”.
La experiencia acumulada en su paso por Deportivo Quito, El Nacional, Macará, Liga de Portoviejo, Manta FC, Santa Rita y Fuerza Amarilla hizo que “El Maldito Brujo”, cantante de salsa urbana, le compusiera la canción “El Loco Camacho” que tuvo reproducciones en Ecuador, Colombia y México.
Durante la cuarentena emprendió su propio negocio “Alitas del Loco Camacho” con servicio a domicilio. Hoy lo administra una persona de su entera confianza. Asegura que gran parte del éxito se debe a la atención y en especial a las salsas preparadas con un “secreto de familia”.
Su gusto por la cocina nació en el barrio La Magdalena, al sur de Quito, donde su madre tenía un pequeño restaurante. Durante su carrera observó a compañeros de otras provincias cómo preparaban los alimentos y así fue perfeccionando su arte culinario.
“El primer plato se me quemó todo, de allí poco a poco fui poniendo sazón, ahora preparo platos típicos, eso ha sido producto de tener mi pareja ahora, me enamoré con la comida. Mi plato especial son los encocados de camarón, de pescado, el sudado de pescado, todo lo que son mariscos”.
Camacho es el mayor de todos los arqueros que entrenan en el Cuenca. Tiene 30 años y aspira atajar hasta los 45. “Esteban Dreer va a cumplir 39 años; Miguel Calero, que en paz descanse, jugó hasta los 40. Dicen que la etapa de madurez de un arquero es los 30 años, entonces me siento un arquero joven con una carrera larga todavía”.
Uno de sus “ídolos” es Daniel Viteri con quien coincidió en Deportivo Quito. “Fue la primera persona que me motivó a que nunca renuncie a mis sueños. Le admiro mucho a él, es más, cuando era chico, a los 20 años, yo me vestía como él, tenía el moñito, caminaba como él, me gustaba copiarle lo bueno”.
Cuando tiene la oportunidad de ir a la cancha, “antes de cada partido le llamo a mi madre…” y se da tiempo para escribir en los guantes, en la camiseta y en las canilleras, los nombres de personas que dan sentido a su vida.
Camacho advierte mejores días en el club con la nueva directiva y anticipa que el grupo tiene claro que cada partido deberán enfrentarlo como una final para evitar el descenso.
“Cuando llegué al Deportivo Cuenca me encontré con un arquero que maneja los dos perfiles muy bien, que es Brian Heras. Yo no utilizaba la izquierda ni para subir al bus, ahora manejo muy bien la izquierda y la derecha…, me considero un arquero líbero, ordenador y atajador”. (BST)-(D)