La tensión cambiaria en Argentina no cede y el dólar toca un nuevo máximo

A un mes de las nuevas restricciones impuestas por el Banco Central de Argentina para acceder a divisas extranjeras, la tensión cambiaria en el mercado local no cede y el precio del dólar estadounidense ha tocado un nuevo máximo histórico en la plaza informal, agigantando la brecha con el valor oficial.

Los episodios de saltos cambiarios no son nuevos en Argentina, donde sus ciudadanos viven desde hace décadas pendientes de la cotización de la moneda estadounidense pues es su valor de refugio frente a una moneda nacional que pierde valor en un escenario de persistente alta inflación.

Este fenómeno ha llevado a períodos de fuertes restricciones cambiarias, como el denominado «cepo» que rigió entre 2012 y 2015, que volvió a ser instaurado en septiembre de 2019 y que desde hace un mes ha sumado nuevas limitaciones al acceso a dólares en un intento del Banco Central de frenar la fuerte caída de sus reservas monetarias.

Aún con estas restricciones adicionales, desde la imposición de las nuevas restricciones se perdieron 1.653 millones de dólares de reservas monetarias, que cerraron este miércoles en 40.848 millones de dólares.

«Definitivamente había que hacer algo. Pero el consenso general es que las medidas no han sido suficientes. Las medidas cambiarias fueron muy negativas y eso se puede ver en cómo se sigue disparando el tipo de cambio», dijo Juan Tripier, senior manager de la consultora First Capital Group.

EL FENÓMENO DE LA BRECHA

Las mayores limitaciones para que personas y empresas puedan comprar dólares en la plaza oficial llevaron a una mayor demanda de los canales alternativos (los financieros y el mercado informal) y a una sostenida subida de los precios, acrecentando la diferencia de valores con la cotización oficial.

Desde la imposición de las nuevas restricciones, el denominado «dólar blue» (informal) subió un 30,5 %, hasta tocar este jueves un récord de 171 pesos por unidad, un 107,2 % más caro que el valor de venta al público en el estatal Banco Nación.

Esa diferencia era del 65,8 % hace un mes, justo antes del anuncio de las nuevas medidas.

Para los analistas es aún más preocupante la brecha del 116 % entre el dólar oficial mayorista y el denominado dólar «contado con liquidación» (CCL), que se consigue comprando localmente con pesos argentinos acciones o bonos y venderlos en dólares en Wall Street.

El CCL, que tocó este jueves los 167,43 pesos por unidad, es buscado por empresas y su valor puede tener impacto en los costes productivos, con un eventual efecto inflacionario en una economía donde los precios al consumidores crecieron a un ritmo interanual del 36,6 % en septiembre.

El miércoles último, el presidente argentino, Alberto Fernández, aseguró que no habrá devaluación, tal como vaticinan muchos expertos ante la supuesta insostenibilidad de una brecha tan amplia.

El fenómeno preocupa al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya titular, Kristalina Georgieva, tras afirmar que Argentina enfrenta «desafíos dramáticos y está en una seria recesión», se mostró este miércoles preocupada por el «divorcio» que «se está expandiendo» entre el tipo de cambio oficial y las otras cotizaciones.

«La brecha entre el «dólar blue» y el dólar que rige el mercado único y libre de cambios llegó al 120 % y nada puede impedir que siga al alza por una simple razón: que los agentes económicos no encuentran un lugar donde proteger sus ahorros. Los ciudadanos han tomado al peso como una moneda secundaria, se lo quieren sacar de encima cuanto antes», apuntó en un informe el economista Salvador Di Stefano.

DESCONFIANZA

Razones para la subida del dólar hay muchas. Tras una fuerte expansión monetaria en medio de la crisis sanitaria por el coronavirus, los inversores con pesos excedentes buscan convertirlos en dólares a falta de alternativas de inversión más rentables.

También hay demanda de dólares para operaciones de importación, en un escenario donde las exportaciones no logran despegar.

«Argentina tiene un claro desbalance de pesos, el Estado gasta más de lo que ingresa y esto se financia con emisión monetaria. Por el lado de los dólares, salen más de los que ingresan y el resultado lógico es una caída en las reservas del Banco Central. En resumen, sobran pesos y escasean dólares», señaló Di Stefano.

El trasfondo es una macroeconomía con serios desequilibrios, en el contexto de una recesión que atraviesa su tercer año, profundizando la caída en 2020 hasta cerca del 12 %, según proyecciones oficiales y privadas.

«El tema de fondo es la confianza. Hay una crisis de confianza ante distintas medidas del Gobierno. Todas las empresas están buscando cómo cubrirse. Tiene que haber un plan y medidas concretas de apoyo al sector privado», observó Tripier, de First Capital Group. EFE

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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