OPINIÓN|
Si algún escenario en el mundo contribuye al crecimiento de la conciencia humana es, sin duda, el arte y sus diferentes expresiones. Desde hace más de una década, el esfuerzo colectivo de un sólido círculo de promotores culturales liderado por Juan Andrade Polo nos permite disfrutar quizá del más grande espectáculo que en las artes escénicas se viven en el país. Si bien es cierto, el Festival Internacional de Manta tiene enorme importancia en el desarrollo y difusión del teatro en nuestro país –por ser pionero–, así como los esfuerzos que se realiza en Loja –más allá del polémico y claro oscuro apoyo gubernamental– son dignos de realce, el Festival Internacional de la Artes Escénicas “Escenarios del Mundo” ha puesto al país y al teatro ecuatoriano en la escena mundial, permitiéndonos disfrutar de una programación de excelencia y calidad; por ello, es ahora, en estas circunstancias pandémicas, cuando requiere nuestro más decidido apoyo porque al ser la presencia del público una condición sine qua non del teatro, estas nuevas realidades nos convocan a practicar la maravillosa y mágica ley andina de la reciprocidad. No puede haber mejor homenaje al Bicentenario de la Independencia de Cuenca que un festival de esta naturaleza que nos llena de voces libres y diversas. (O)
