La exposición ambiental al SARS-CoV-2 es la responsable de la mayoría de los contagios registrados en recién nacidos pero cerca de un 30% de los bebés podría haber nacido con la infección transmitida por la madre durante la gestación o en el parto, según un estudio publicado en Nature Communications.
Para hacer el estudio, los investigadores, liderados por Daniele De Luca, del Paris Saclay University Hospitals (Clamart, Francia), realizaron un metaanálisis de los casos publicados de infección por SARS-CoV-2 en recién nacidos (dentro de los primeros 30 días de vida), confirmado por al menos una prueba PCR positiva y/o la detección de anticuerpos específicos en la sangre.
En total, los investigadores analizaron 176 casos notificados hasta el 30 de agosto de 2020.
Los autores encontraron que en siete de cada diez casos, el contagio fue resultado de la exposición ambiental y que cerca del 30% «probablemente fue el resultado de la transmisión vertical (transmisión del virus de la madre al bebé)».
Además, en cerca del 9% de los 176 casos, quedó confirmado que el contagio se debió a la transmisión vertical durante la gestación o en el parto.
El 55% de los bebés (97) en el análisis desarrollaron covid-19, con síntomas clínicos similares a los reportados en pacientes mayores, como problemas respiratorios (52% de los casos), fiebre (44%), y gastrointestinales (36%), y neurológicos (18%), según los autores.
Al examinar las infecciones que se produjeron por lo menos 72 horas después del nacimiento, los investigadores encontraron que los lactantes de la muestra que permanecieron en una cuna al lado de su madre en el hospital (alojados en una habitación) parecían tener una mayor incidencia de infecciones por SARS-CoV-2.
Los autores del estudio sostienen que si se la madre y el hijo habitan juntos, se debe disponer de medidas de higiene y de un equipo de protección adecuado para reducir el riesgo de transmisión por la exposición al medio ambiente.
También señalan que la lactancia materna no se asoció con la infección por SARS-CoV-2 y sugieren que la transmisión viral a través de la leche es poco frecuente, si es que se produce, aunque harán falta más estudios para confirmarlo.