Tal parece que los incendios forestales son una estación climática más en el Ecuador. Semejante impresión deviene porque en estas épocas de cada año, miles de hectáreas de bosques, páramos, y otras pequeñas áreas de vegetación son reducidas a cenizas.
Y junto a la vegetación, cuya recuperación, dependiendo de las especies, dura varios años, también desaparece la fauna, al punto que muchas especies están en peligro de extinguirse al alterase sus hábitats.
En estos últimos días, solo en la zona montañosa de Soldados, parroquia San Joaquín, cantón Cuenca, el fuego acabó con 300 hectáreas de pajonal, bosque primario y aguarongos, comprometiendo también una parte del Parque Nacional Cajas.
Eso, amén de lo sucedido en el último feriado al reportarse 48 incendios forestales que afectaron 271 hectáreas en otras zonas de la provincia. Han ocurrido en los cantones Girón y Santa Isabel, donde cada año se repite la misma dantesca historia.
Según el Ministerio del Ambiente, el fuego afectó a 2000 hectáreas del Parque Nacional Cayambe-Coca, a 250 en Llanganates, a 50 en Illinizas, a 5 en Cotopaxti, y a 600 en El Cajas.
Aquellas son áreas protegidas, cuya riqueza faunística y florística, además de ser fuentes de agua, merecen la extrema protección del hombre cuya sobrevivencia está atada a esos ecosistemas.
Más de medio mundo clama por la contaminación ambiental, por las consecuencias letales que provoca el cambio climático, que hasta repercuten negativamente en la salud humana, pero es poca o nula la conciencia por proteger los bosques y demás áreas vegetales.
Que los incendios los provoca el hombre o que persiste la malhadada idea de que con las quemas se producen las lluvias, son un amargo ritual verbal que se repite cada año, mientras Bomberos, Ejército, algunos comuneros, se juegan la vida apagando las llamas, no siempre con los implementos adecuados.
De qué vale la ley que castiga a los pirómanos, si el hombre, un posante de la tierra, no toma conciencia de que al prender fuego a la naturaleza la está acabando, y con ella, él.