En los años ochenta, Jaime Idrovo realizó una serie de excavaciones en la zona de las Kallankas ꟷespacios relacionados con centros de importanciaꟷ en Pumapungo. En una de ellas se encontró la tumba de una mujer. Según las investigaciones, el cuerpo estaba en posición fetal y el cráneo presentaba prolongación al estilo inca.
Tres décadas después, la Universidad de Cuenca, en conjunto con el Museo Pumapungo, iniciaron un proyecto para reconstruir el cráneo encontrado por Idrovo, a través de mapas craneométricos elaborados con tomografías volumétricas.
Con un proceso que requirió la participación de varios profesionales de distintas ramas, entre estas: la antropología forense, radiología, odontología, biomedicina y tecnología digital, se procedió a usar los elementos que se usan para la reconstrucción facial digital.
Los investigadores utilizaron la información de las reservas del museo, así como los rasgos de la población local, para reconstruir el cráneo. Con ello lograron obtener resultados favorables, y con una impresora 3D, se imprimió el cráneo completo.
El rostro
El proyecto no quedó solo con la reconstrucción. Los investigadores de la Universidad de Cuenca continuaron con un siguiente paso: darle un rostro al cráneo. Para esto se pusieron en contacto con Cícero Morales, un diseñador que estuvo a cargo de la reconstrucción del rostro del Señor de Sipán y Santa Rosa de Lima.
“Él fue quien hizo el rostro de aproximación de la mujer de Pumapungo. Esta aproximación prácticamente la hace ad honorem. Es así que es la primera vez que tenemos en Ecuador una aproximación digital 3D facial”, explicó Monserrath Tello, directora del Museo y Parque Arqueológico Pumapungo.
Una vez concluida la aproximación, el museo ha puesto en contexto la vida de la mujer. Por el momento se sabe, a través de información compartida entre la institución cuencana y el Museo de Pachacamac (Perú), que pertenecía a la élite inca y tenía cuarenta años.
Sus facciones y vestimenta se basaron en la cultura inca. Mientras que, el tipo de peinado está relacionada con los conopas de oro que reposan en el Museo Pumapungo.
La imagen de la mujer fue impresa, y en una de las salas del museo se ha armado una exposición en la que se resume el arduo trabajo del equipo que estuvo detrás de la reconstrucción del cráneo.
El siguiente objetivo del proyecto es ahondar mucho más en el comportamiento de la mujer que vivió hace 500 años: conocer el tipo de alimentación, qué actividades cumplía, cuál era su vestimenta, entre otras características.
Para eso el Museo Pumapungo quiere concretar convenios porque se necesita la participación de varias instituciones y varios profesionales, que ya demostraron con el cráneo reconstruido y con la aproximación del rostro que se puede obtener resultados que apunten hacia el rescate de la historia de nuestros antepasados. (AWM)-(I)