De los derechos humanos fundamentales la salud es uno de los más importantes. Desde épocas remotas en todas las culturas se han buscado y desarrollado medios para combatir enfermedades y hacer frente a accidentes. Entre los avances científicos que se han intensificado en los últimos cien años los de los medios para combatir de mejor manera los daños corporales, los relacionados con la medicina, son de los que más han avanzado, como lo testimonia la elevación mundial de la expectativa de vida. Al considerarse su importancia, se han intensificado los caminos e instituciones públicas y privadas para generalizar su acceso. Algunos países han socializado la medicina.
Es lamentable en nuestro país, que las noticias de los medios de comunicación se refieren con tanta frecuencia a malos usos y descuidos, sobre todo de los hospitales del IESS, de los medicamentos. Se ha hablado de sobreprecios en las ventas a estas instituciones, descubriéndose redes mafiosas para este propósito; ha intervenido la fiscalía y el poder judicial habiéndose logrado algunas sentencias. Se informa también de las notables pérdidas por el embodegamiento y caducidad de medicamentos adquiridos por estas instituciones en perjuicio de los afiliados que, con sus aportes sustentan económicamente a esta institución.
Bien está que los medios de comunicación denuncien estas irregularidades, pero la mera denuncia no soluciona el problema. Además de las acciones judiciales contra los responsables es cada vez más urgente que se haga una “limpieza” en este campo del seguro social. Se habla de su situación económica crítica y una de las causas de este problema se debe a casos reiterados como los que mencionamos. Logro de enorme importancia fue la creación del seguro social para proteger en varios campos, incluido el de la salud, a los sectores menos favorecidos con sus aportes, pero aún no vemos medidas reales. De las palabras hay que pasar a las acciones.