Desde junio de 2020, cuando el Gobierno implementó el sistema de bandas para establecer el precio de los combustibles, el diésel ha subido 24 centavos. Esto, pese a que inicialmente el costo se redujo en 3 centavos, debido que el mecanismo está ligado al precio internacional del WTI, crudo de referencia para el ecuatoriano.
Aunque Fausto Ortiz, ministro de Energía, afirmó que el aumento sería mínimo, debido a la estabilidad del precio del WTI, y que no sobrepasará el 5 % mensual, este 24 % de alza ha llevado a las autoridades a iniciar, desde finales de septiembre, negociaciones con el sector de la transportación para definir medidas de compensación o de focalización de un nuevo subsidio.
“El ministerio de Finanzas, junto con otros ministerios competentes, ha mantenido conversaciones con los diferentes gremios del transporte para ver cómo se podría hacer la compensación si el aumento del precio, que se va viendo moderado, les empieza a afectar en la competitividad”, dijo Ortiz, quien puntualizó que la idea del Gobierno es evitar que el costo de los pasajes se incremente.
Jorge Yánez, presidente de la Unión de Operadoras de Transporte Urbano, afirmó que en estas reuniones las autoridades han planteado algunas formas de focalización o de entrega de una compensación a los transportistas, que incluye mantener un bajo costo del diésel solo para este sector, con lo que se aplicaría nuevamente un subsidio; la reducción de aranceles y tasas; incluso asumir las deudas de los propietarios de los buses.
Sin embargo, dijo que los transportistas no están dispuestos a aceptar la entrega de un subsidio directo, pues recordó de incumplimientos anteriores. Tampoco aceptarían la exoneración de tributos, pues advierte que su servicio no paga el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y que ofrecimientos para reducir las tasas en repuestos e insumos tampoco se han cumplido.
No se descarta el incremento de las tarifas del transporte público.
“Desde el Gobierno de Rodrigo Borja hasta Rafael Correa hemos caído en ese engaño y en esta ocasión hay un rechazo unánime a la entrega de un subsidio, sobre todo porque ahora puede haber toda la buena voluntad de cumplirnos, pero sabemos que el Gobierno no tiene plata. La disminución de impuestos en llantas y otros artículos es también una cortina de humo que nunca se cumple. Lo que podríamos aceptar es la entrega de certificados o que el Gobierno asuma la deuda que tenemos por los buses en el sistema bancario”, dijo Yánez.
Sin embargo, Mauricio Pozo, ministro de Economía y Finanzas, es cauto al ofrecer compensaciones. Dijo que el tema sigue en análisis, sobre todo hasta definir si se cuenta con el presupuesto para cumplir con los ofrecimientos.
Además, puntualizó que en esta negociación también se debe definir qué pasará cuando los precios bajen. Quito. (ASM) -(I)
