«Es una bendición estar aquí en Judea y Samaria», escribió Pompeo en el libro de visitas de una bodega de la colonia de Psagot, con otros dos claros mensajes incluidos: utilizó el término bíblico judío para referirse a Cisjordania y dio validez a la actividad económica en asentamientos considerados ilegales por la comunidad internacional.
De hecho, el Departamento de Estado de EE.UU. anunció seguidamente que desde ahora se deberán etiquetar como «Fabricados en Israel» los bienes importados de estos lugares y de todo el Área C de Cisjordania, aunque, como los vinos de Psagot, provengan de uvas cultivadas en tierras privadas confiscadas a palestinos.
«BASADO EN LA REALIDAD»
«El reconocimiento de una realidad», repitió Pompeo esta mañana durante la comparecencia junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, cuando anunció su visita de hoy a los Altos del Golán sirios anexionados o ensalzó la que hizo anoche a la Ciudad de David, en el territorio ocupado de Jerusalén Este.
La «capital legítima, adecuada y verdadera de Israel», remarcó sobre la ciudad santa. Aunque la comunidad internacional no haya admitido esta capitalidad que Trump proclamó en 2017 ni haya reconocido la soberanía israelí sobre los Altos del Golán sirios que anunció el año pasado.
Hoy Pompeo dio un paso más y rompió con el protocolo por el que los representantes gubernamentales solo acuden a Cisjordania en el marco de visitas con las autoridades palestinas, no israelíes. Y que nunca han pisado una colonia en visita oficial.
La Embajada de EE.UU. y el Departamento de Estado omitieron esta cita en la agenda oficial, altamente publicitada en los medios y que generó una condena de los propietarios palestinos de las tierras de Al Bireh, al sur de Ramala, en las que está construida parte de la colonia de Psagot y muchos de los cuales cuentan con nacionalidad estadounidense.
El nuevo origen israelí en el etiquetado que ahora permite EE.UU. en la llamada Área C de Cisjordania sugiere un reconocimiento de soberanía de facto sobre un 60% del territorio ocupado, donde hoy residen 450.000 israelíes, considerados colonos por la Cuarta Convención de Ginebra.
«El Departamento de Estado se mantiene firme en el reconocimiento de que los asentamientos se pueden hacer de forma legal, apropiada y adecuada», declaró hoy Pompeo.
UN NUEVO ORIENTE MEDIO
El jefe de la diplomacia estadounidense terminará mañana un viaje de dos días y medio a Israel para poner rumbo a Emiratos Árabes Unidos (EAU), Catar y Arabia Saudí en su gira de despedida de Oriente Medio, antes de que el demócrata Joe Biden asuma la Presidencia en enero.
Biden se encontrará con un nuevo Oriente Medio que Pompeo ha explicado desde el Estado judío.
Ayer, con un histórico encuentro trilateral en Jerusalén con Netanyahu y el titular de Exteriores de Baréin, Abdullatif bin Rashid al Zayani, durante la primera visita oficial de este último a Israel tras el establecimiento de relaciones diplomáticas, Pompeo alabó este acuerdo de normalización con Israel, como el que se firmó con EAU -y el que negocia con Sudán- para remarcar que Biden se encontrará con una región en la que «Irán está más aislado que nunca».
Biden, quien fue vicepresidente de EE.UU con Barack Obama (2009-2017), que negoció el acuerdo nuclear con Irán, encontrará más opositores que antes en la región si quiere volver a él tras haberlo abandonado Donald Trump
También deberá decidir si revertir los movimientos de Trump y retomar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU de 2016, aprobada durante el último mes de la Administración Obama, y que declara los asentamientos (en Golán, Cisjordania y Jerusalén Este) sin validez legal.
El viaje de despedida de Pompeo al principal socio de Washington en la región culmina cuatro años de una política pro-Israel que ha retado el consenso internacional con respecto a los palestinos. La guinda de un pastel que heredará Biden. EFE