El grupo criminal fue objeto este lunes de una operación que movilizó a 670 agentes de la Policía Federal en diez estados de Brasil, incluyendo Sao Paulo, Minas Gerais y Paraná, para cumplir 66 órdenes de arresto contra acusados de integrar la organización y 149 mandatos de allanamiento y aprehensión.
Igualmente, mediante la cooperación de Interpol, fue ordenado el arresto de ocho personas investigadas en el exterior (España, Colombia, Portugal y Emiratos Árabes), así como la identificación y el embargo de sus bienes en esos países.
El juzgado 14 federal de la ciudad de Curitiba, responsable de la investigación, también ordenó el embargo de 400 millones de reales (unos 74 millones de dólares) en bienes, incluyendo 37 aeronaves, mansiones, haciendas y lujosos automóviles, de los líderes del grupo que se especializaba en enviar cocaína a Europa.
Se trata de la «mayor operación de este año contra el tráfico internacional de drogas y el lavado de dinero» en Brasil, y de una de las mayores en la historia del país, según un comunicado de la Policía Federal.
De acuerdo con la entidad, fue igualmente la mayor operación en la historia del país en términos de aprehensión de cocaína en los puertos brasileños, ya que el grupo se dedicaba a enviar la droga a Europa escondida en cargas lícitas de navíos cargados en los puertos de Santos y de Paranaguá.
Desde el comienzo de la investigación, en septiembre de 2017, al grupo desarticulado le fueron decomisadas 50 toneladas de droga en los puertos de Brasil, así como de Europa y de África, «un volumen que ubica a esta organización criminal como una de las mayores de actuación en el país».
EL OBJETIVO ES DESCAPITALIZAR LA ORGANIZACIÓN
La llamada Operación Enterprise tuvo como objetivo el arresto de los principales cabecillas de la organización criminal, así como su descapitalización patrimonial, según la Policía Federal, que realizó la investigación y la operación en asociación con la Administración Federal de Impuestos, órgano responsable de la fiscalización en las aduanas.
Pese a que las autoridades no contaban con un balance inicial del resultado de las operaciones, fuentes de la Policía Federal dijeron que en pocas horas fueron cumplidas decenas de capturas y fueron decomisadas elevadas cantidades de drogas, armas y dinero en efectivo.
Además de enviar cocaína a Europa, el grupo se dedicaba a lavar las millonarias ganancias mediante la adquisición de bienes y activos millonarios en Brasil y en el exterior mediante el uso de testaferros y empresas ficticias «para darle apariencia lícita a las ganancias obtenidas con el narcotráfico».
La investigación comenzó en septiembre de 2017 cuando los fiscales de la Aduana descubrieron un cargamento de 776 kilos de cocaína que iba a ser enviado desde el sureño puerto de Paranagúa hacia Amberes (Bélgica).
Según la Aduana, a partir de esta incautación se abrió un proceso que permitió identificar una «enorme organización criminal» que exportaba estupefacientes desde los puertos brasileños a «varios destinos en el exterior, especialmente hacia Europa».
La mayor parte de las 50 toneladas de drogas que se le incautó al grupo fue decomisada en áreas portuarias, pero también en depósitos, en camiones en carretera, en aeronaves y en embarcaciones de menor porte en alta mar, informó la Aduana en su comunicado.
La Aduana agregó que este tipo de investigaciones, así como el intercambio de informaciones con autoridades de otros países, el uso de perros especializados y de escáneres le permitieron decomisar tan sólo el año pasado 58 toneladas de cocaína en los puertos brasileños, un volumen equivalente al 40 % del total aprehendido en la última década. EFE