Los concursos de Años Viejos y Disfraces, que son parte de las tradiciones populares de Cuenca, han sido suspendidos para sumarse al esfuerzo individual y colectivo de evitar aglomeraciones y, por consiguiente, la potencial propagación de contagios de Covid-19.
Esta decisión la han tomado el Amistad Club y la Unión de Periodistas del Azuay –UPA-, las dos instituciones organizadoras que cuentan con el apoyo económico de la Municipalidad.
Estos dos concursos solían concentrar a miles de personas. No solo en las fechas en las que se desarrollaban, sino hasta en los preparativos.
La suspensión se suma a la del Pase del Niño Viajero, un acto religioso de connotación nacional, al que asistían multitudes de creyentes y turistas.
Los concursos de Años Viejos y Disfraces, a la gente les servía como catarsis para liberarse de los malos momentos, para despertar la imaginación, la agudeza; y con ingenio e ironía elaborar figuras o alegorías que representaban a los políticos, a ciertas autoridades, e incluso a hechos y acciones que enturbiaron el año que termina.
El letal Covid-19, que en el mundo ya deja más de 61,1 millones de contagios y más de 1,4 millones de muertos, de haber sido derrotado, en este año era el tema “a quemar”.
No cabe la menor duda que lo será. Pero deberá serlo “casa adentro”, en la intimidad familiar, precisamente para desfogarse del peor momento que vive la humanidad, que al mundo le ha significado un retroceso en todos los sentidos; pero también para que el hombre de reinvente, se “rehumanice” y se convenza de que es terrenal.
Es justo reivindicar la decisión del Amistad Club y de la UPA. Incluso han resuelto que los USD 30 mil que les daba la Municipalidad para que financien los premios, Acción Social Municipal los destine a los sectores vulnerables.
Las dos instituciones quieren ser parte de la solución, no del problema, es decir, de alentar aglomeraciones. Nos dan un mensaje de solidaridad, de entereza; pero también de entender que el virus sigue allí y hay que evitarlo cuidándonos todos.