Las restricciones para organizar fiestas y otros eventos de concentración masiva debido a la pandemia, continúan afectando a ciertos giros de negocio. En años pasados, durante esta época, era común la venta de luces navideñas, adornos, dulces y demás implementos utilizados para la celebración de la Navidad. Y durante la última semana de diciembre, iniciaba el comercio de monigotes, pelucas, caretas, juegos pirotécnicos, entre otros productos que la población utiliza tradicionalmente para despedir al año.
Jenny Tenesaca es una de las personas que se dedica a la elaboración y comercialización de años viejos. Ella recuerda que cada año solía sacar un permiso para la venta de los muñecos en el sector de la Feria Libre; sin embargo, ahora le fue negado. La situación le preocupa debido a que tiene una fuerte inversión represada y que esperaba recuperar.
“En Guayaquil ya dieron la orden para que los comerciantes puedan vender los monigotes, y aquí no nos dan permisos. Son solo cinco días al año que nosotros trabajamos en eso. Tenemos dinero invertido. Yo incluso dije que quería vender los monigotes en un inmueble que tengo y me dijeron que no”, refiere.
Según recuerda Tenesaca, en todo el cantón son aproximadamente 1.000 comerciantes que se dedican a la venta de monigotes y fuegos artificiales.
“Los monigotes que yo elaboro son de cartón. Si no vendo este año, la pérdida sería de aproximadamente 2.000 dólares (…) Podemos aplicar medidas de bioseguridad para las ventas. Solo necesitamos una respuesta del COE Cantonal”, agrega Tenesaca.
Asimismo, Margarita Ganán, también comerciante de juegos pirotécnicos y monigotes, explica que mañana este sector participará de una marcha convocada por la Federación de Comerciantes Minoristas del Azuay (Fedacomi) para exigir la reactivación económica de los trabajadores autónomos en esta época que es clave para su economía.
“Esos productos compramos con deudas. Invertimos 5.000 dólares y es un año que están guardados. Si no nos permiten vender, tendremos que entrar en rebeldía, porque tenemos derecho al trabajo y con eso mantenemos a nuestras familias”, manifiesta Ganán.
Eulalia Flores es propietaria de ‘Caras y Caretas’, un local que elabora máscaras desde hace varios años, y que incluso abastece a comerciantes mayoristas para la venta de monigotes y caretas.
Flores indica que es necesario que las autoridades manejen una mejor organización y permitan la venta de dichos productos, a fin de no perder las tradiciones que están en la memoria colectiva.
“Esta es una tradición. Lo que necesitamos es que las autoridades aprendan a coordinar al pueblo para que se pueda expender todo tipo de artículos que ellos necesitan para su diario vivir. Un ejemplo muy bien llevado son los mercados. Solo necesitamos organizarnos mejor. No se puede perder esto que ya está en la memoria colectiva”, sostiene Flores.
A decir de Flores, hay expectativa de que las ventas de máscaras y monigotes no decaerán por completo este año, a pesar de las restricciones, puesto que se espera que los grupos familiares, de amigos, o empresariales, compren los años viejos y se reúnan, con los debidos cuidados.
“Este año hemos hecho monigotes del coronavirus, en todo tamaño. Hemos recibido pocos pedidos porque existe el miedo de no tener la libertad de poder vender”, asegura Flores.
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Disposiciones del COE Cantonal
El COE Cantonal ratificó el viernes la prohibición para el comercio de pirotecnia en espacios públicos y privados. Además, estableció lineamientos para la venta de productos navideños. Respecto a esto último, los comerciantes deberán mantener un aforo limitado en sus locales, deben validar protocolos de bioseguridad con Gestión de Riesgos del Municipio, y tener el visto bueno de la entidad responsable del control y uso de suelo.
La decisión marca un alivio para comerciantes como Lola Jimbo, quien es parte de la Feria Navideña en María Auxiliadora.
“Estamos en una situación que creo que no nos va a matar la enfermedad sino la misma pobreza”, dice Jimbo. (I)
DATO
La prohibición de la venta de pirotecnia se resolvió acorde a lo dispuesto en la Ordenanza que regula las medidas de prevención, contención, mitigación y control, por la emergencia sanitaria en el cantón.