La Bienal Panamericana de Arquitectura reconoce intervención en vivienda patrimonial de Cuenca

Cuando el arquitecto Iván Quizphe fue contratado en el 2019 para restaurar y remodelar una vivienda que había sido construida hace más de 85 años en Cuenca, lo tomó como un reto porque solo tenía la fachada y una parte del acceso a una casa que se desplomó con el paso del tiempo.

Frente a una hoja bosquejó la integración del pasado con lo contemporáneo, y luego diseñó, a partir del frontis de la vivienda, una nueva infraestructura que se basó en los principios esenciales de la arquitectura que se mira en el centro histórico de la ciudad, que el primero de diciembre cumplió 21 años como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Con austeridad, Iván guio a los albañiles para emplazar un patio, en cuyo centro sembró una jacaranda que fue cercada con paredes de vidrio. Los maestros levantaron un segundo piso, al cual se accede a través de unas gradas compuestas de ladrillos.

El trabajo realizado en la vivienda fue reconocido en la Bienal Panamericana de Arquitectura. Xavier Caivinagua/ El Mercurio

En la construcción se usó barro, ladrillos, carrizo, vidrio y se decoró el techo con tejas. Todos estos materiales, para el arquitecto, le dieron un equilibrio a una casa que tiene vida con la conjunción de las diversas plantas que se colocaron al final.

“Para mí fue un reto integrar el patrimonio con la contemporaneidad. Fuimos contratados para diseñar y construir una casa que solo tenía su fachada. Aplicando los conceptos y los principios de la arquitectura del pasado con las de hoy rescatamos el patrimonio”, explicó Iván a diario El Mercurio.

Reconocimiento

La casa, que se ubica en las calles Mariano Cueva y Juan Jaramillo, tomó mucha más relevancia desde hace dos semanas, ya que la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito, que se celebró en los primeros días de noviembre, la escogió como el mejor proyecto de intervención en viviendas patrimoniales.

Además, la vivienda intervenida por Iván fue finalista en el premio general nacional que entregan los organizadores de la Bienal, en la que también fue reconocida una investigación de la Universidad del Azuay.

Para Iván, estos reconocimientos, además de ser motivantes, están relacionados con el valor que tiene el patrimonio cuando es intervenido.

“El patrimonio se puede analizar. Una de las cuestiones es que se necesita flexibilidad en las normas. Tenemos que repensar para salvaguardar al patrimonio con proyectos contemporáneos para generar un nuevo uso. Esto es limitante porque no se puede intervenir por las normativas”, opinó el arquitecto.

El proyecto de Iván, que fue concluido en diciembre del año anterior, es un ejemplo para él, ya que en la vivienda hay una mezcla entre el pasado y el presente: se mantiene el patrimonio, pero se adecúan los espacios para que sean aprovechados.

“El costo del suelo también es un factor. Si tengo que invertir, pero no puedo edificar, no dan los números. No nos sirve que el patrimonio sea un objeto que se está deteriorando con los años, nos sirve que esté habitado”, concluyó Iván. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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