Poesías, obras de teatro y muestras de danza son las herramientas con las que estudiantes de 5 colegios de la ciudad promueven la lucha contra la violencia a la mujer desde la etapa del noviazgo, así lo demostraron en un evento desarrollado ayer en el Salón de la Ciudad.
El acto estuvo organizado por la Coordinadora Política de Mujeres de Azuay, que año a año viene trabajando con 10 colegios para trabajar con ellos temas de violencia en los primeros enamoramientos, para que estas relaciones sean de respeto y confiabilidad.
Este año, con motivo de la pandemia, el trabajo articulado con el Ministerio de Educación se efectuó solo en 5 establecimientos educativos: Antonio Ávila, Asunción, San Joaquín, Panamá y Chordeleg, cuyos alumnos expusieron lo aprendido a través de ponencias, micro cuentos y poesías.
Los exponentes fueron los ganadores internos de cada actividad en sus respectivos centros educativos, esto en una primera etapa del proyecto que se complementará desde enero con la iniciativa denominada “pinceladas estudiantiles”, en la que 3 estudiantes pintarán cuadros relativos a la lucha contra la violencia a la Mujer.
Edith Patiño, una de las organizadoras del evento, comentó que este evento forma parte de las actividades por los 16 días de activismo contra la violencia a la mujer, que concluyen mañana con motivo del Día de los Derechos Humanos.
Betti Guerra, coordinadora de turno de la Coordinadora Política de las Mujeres en el Azuay explicó que la violencia de género debe erradicarse desde edades tempranas como una herramienta de prevención efectiva en los hogares cuencanos.
“La poesía, el micro cuento, todas las expresiones artísticas, nos dejan ver cómo perciben ellos la violencia, incluso en casa” dice Guerra, quien considera que a través de la sensibilización de los adolescentes se puede llegar con un mensaje efectivo al seno de las familias.
De acuerdo con ONU Mujeres, 1 de cada 3 mujeres son víctimas de algún tipo de violencia en el noviazgo, a través de relaciones dominadas por celos, reclamos, control sobre la otra persona, y llegan incluso a agresiones verbales, físicas o sexuales que son naturalizadas en el entorno social y familiar. (JMM)
