La comercialización de pavos sufre una fuerte disminución este año, toda vez que persiste el temor de la población sobre posibles contagios durante las reuniones sociales. A esto se suma la escasez de recursos económicos que también ha provocado la pandemia.
Con relación a años anteriores, el quebranto en las ventas es de aproximadamente un 99%, según explica Martha Molina, propietaria de ‘Asadero de Martha Molina, del pavo gigante’, uno de los locales tradicionales donde se envían a hornar pavos. Molina recuerda que por esta temporada, los pedidos llegaban a flote, sin embargo, este año son muy pocas personas las que han preguntado sobre el servicio.
“Es un bajón total. Los otros años, por esta temporada, ya tenía hechas siquiera unas 1.000 piezas, pero ahora tal vez estarán hechas unas 30 piezas. No es ni el 1%. Para mi parecer, puede que después subamos hasta un 30%, pero no más”, explica Molina.
Así también, ha reducido el personal, dado que por Navidad, la mujer empleaba a 30 personas. Este año, no serán más de cinco los que le ayuden en la labor, dice. Molina explica además que el precio del horneo se mantiene, a pesar de que ahora invierte más dinero en los aliños.
“Los precios, hasta el domingo (20 de diciembre) van a ser a 10,00 dólares, pero desde el lunes ya va a ser mayor porque tengo que pagar a otras personas. Vamos a ver qué pasa hasta el lunes”, agrega.
Asimismo, ‘El horno de leña de Don Alejo’, es otro de los establecimientos que por más de 40 años se ha dedicado al horneo de pavos y perniles. Alejo Arias, administrador del local, refiere que este negocio cuenta con cuatro hornos, dada la necesidad de abastecer los pedidos. En este lugar, en otros años, se observaban filas de ciudadanos en espera de dejar los pavos desde los primeros días de diciembre. En este año, atípico, no ha habido pedidos como de costumbre, pero se espera que en los próximos días la situación mejore, dado que algunos ya se han acercado a tomar un cupo.
“Estuve un poco negativo porque el negocio se apagó en la pandemia. Pensaba que no iba a haber pedidos, pero no es así, hay muchos que ya se han acercado a coger su cupo. Ojalá haya más carga entre el 23 y 25 de diciembre”, menciona Arias.
Distribución
Por su parte, Gabriela Guamán, propietaria de ‘Distribuidora de Pavos Campestre’, comenta que por efectos de la pandemia se ha notado una baja en el consumo de pavo. Esta empresa cuenta con criaderos propios y el año pasado vendió aproximadamente 300 pavos. Para este año se ha preparado un contingente similar, pero no se han confirmado muchos pedidos, asegura.
“Por la pandemia ha bajado el consumo y por eso he tratado de igualarme a los precios de la competencia (…) la gente todavía no está confirmando pedidos, porque antes hacían reservaciones para entregar pavos en las canastas navideñas”, sostiene Guamán, quien acota que su negocio se enfoca en ofrecer pavo fresco, y que la distribución es al por mayor y menor.
“Queremos ofrecer algo nuevo, un pavo fresco, no el congelado al que estamos acostumbrados. Los pavos son alimentados orgánicamente (…) el precio por libra está a 2,00 dólares. Nosotros disponemos de pavos desde 15 hasta 25 libras. También ofrecemos el servicio de entrega a domicilio”, manifiesta.
Guamán comenta que también se dedica a la venta de pavos pequeños, es decir, para crianza, pero debido a la crisis, estos tampoco han podido ser comercializados.