Ecuador cierra su peor año económico en décadas con una contracción esperada de alrededor del 9,5 % del PIB, pero habiendo tapado un gigantesco agujero financiero con créditos y aplazamientos de deuda, 30.000 millones de dólares entre 2021 y 2025, que deberá afrontar el gobierno que salga de las urnas en febrero.
La situación de caos financiero que ha vivido el país este último año queda reflejada en la situación de «quasi default» a la que llegó en el primer trimestre en los mercados internacionales, pero que ha logrado superar con una renegociación de la deuda y una masiva ayuda de los organismos multilaterales.
Estos préstamos «ratifican la confianza que el manejo de la economía nacional genera en la comunidad internacional», dijo el ministro de Finanzas, Mauricio Pozo, tras la última partida de ayuda recibida el jueves, 111,5 millones de dólares.
En total, este 2020 Ecuador ha recibido alrededor de unos 5.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
El lunes, el directorio del FMI volverá a reunirse en Washington para ver si concede finalmente al país andino otros 2.000 millones de dólares, que tenía pendientes de unas reformas anticorrupción.
También el CAF tiene previsto entregar al país otros 263 millones de dólares antes de que concluya el año.
Rescatar al país
La ayuda ha sido necesaria para rescatar a Ecuador de la bancarrota técnica con la que empezó 2020, arrastrando una deuda de unos 55.000 millones de dólares atribuida al gasto exagerado de gobiernos anteriores y a un inflado aparato estatal de más de 450.000 funcionarios.
Los amplios recortes, que ya habían comenzado en 2019, no fueron suficientes para un país sin reservas que se vio brutalmente castigado cuando la irrupción de la pandemia obligó al confinamiento -con un parón casi absoluto del mercado y el desplome del precio del crudo- y a un gasto de salud que no contemplaban las finanzas públicas.
Un informe facilitado a Efe por la Cámara de Comercio de Quito indica que, sólo en ventas, el mercado perdió entre marzo y octubre de este año la friolera suma de 25.677 millones de dólares.
El impacto general de la pandemia hasta ahora no ha sido aún cuantificado en su totalidad, pero sectores enteros se han desplomado y las proyecciones indican que el PIB se contraerá alrededor del 9,5 %, dos puntos por debajo de lo que los organismos internacionales vaticinaban hace unos meses, 11,5 %.
El jefe de Análisis Económico y Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Quito, Luis Eduardo Naranjo, dijo a Efe que no se recuerda una crisis de esta naturaleza.
«Se han perdido 250.000 empleos de calidad y llegamos a tener casi 700.000 desempleados», agregó sobre la difícil situación, sin mencionar a aquellos que tuvieron que ajustarse a reestructuraciones horarias y salariales para conservar sus puestos.
En los últimos meses hay una recuperación del empleo (incluido el cualitativo), de la recaudación fiscal, de la actividad económica, pero los indicadores hablan de un retroceso en algunos indicadores sociales equivalentes a toda «una década» de trabajo y esfuerzo, en palabras del presidente Lenín Moreno durante una reciente comparecencia ante Naciones Unidas.
Nada comparable
«Esta pandemia no es algo comparable con nada, hay mucha incertidumbre de cuándo vamos a volver a la normalidad, y peor aún en un país donde no nos podemos dar el lujo de cerrar de nuevo», se lamentó Naranjo.
Porque a diferencia de otros países, advierte, «no tenemos la capacidad de inyectar dinero a la economía como se ha hecho en Europa».
Para suplir esa carencia, el ministro Pozo viajó este jueves a Washington en busca de nuevos préstamos, esta vez para el abatido sector privado y productivo, con el fin de que «pueda reactivarse y se constituya en el motor de dinamizador de la economía del país», precisa una nota de prensa.
Y es que el agujero financiero ha sido tapado por ahora en gran medida a nivel público, pero el Gobierno de Ecuador aun cerrará 2020 con cuentas por pagar a nivel interno (atrasos que podrían superar los 2.500 millones de dólares).
Pero lo ha hecho al precio de contraer nuevas deudas de cara al futuro que heredarán los distintos gobiernos ecuatorianos hasta 2040, en particular el que saldrá elegido de las próximas elecciones, cuya primera vuelta serán en febrero de 2021.
Según un estudio difundido por el medio ecuatoriano «Primicias», Ecuador deberá hacer frente entre 2021 y 2025 a 30.276 millones de dólares en amortizaciones, y otros 9.952 millones para cubrir intereses, en total: 40.228 millones, equivalente al 37,9 % del PIB en condiciones normales.
Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal, vaticinó en declaraciones a ese medio que Ecuador deberá endeudarse con la comunidad internacional para cubrir el pago de la deuda entre esos años, en lo que parece ser una pescadilla que se muerde la cola. EFE