Desde hace ocho años funciona Inclusionarte, un espacio para crear microsistemas educativos a través del arte. Como base del proyecto, la educación libre y las múltiples expresiones han sido parte él. No obstante, este año se sumó a la investigación que funciona como un laboratorio en el que se hacen múltiples pruebas y consultas.
Con la emergencia sanitaria encima y con el confinamiento en los primeros meses del 2020, Ligia Elena González, Paul Freire y Manantial González, integrantes de Inclusionarte, empezaron a investigar en un tema que también ha formado parte del proyecto: la inclusión.
Fue así como surgió el trabajo de deconstruir el término «discapacidad» para construir la «diversidad funcional».
“Nos hemos dado cuenta que la palabra discapacidad ha discapacitado mucho más. Y lo que nosotros hemos investigado es cómo convivir armónicamente porque sabemos que es complicado, pero al no nombrar a la discapacidad estamos ayudando un montón porque no estoy recalcando que una persona tiene cierta dificultad”, explicó Ligia Elena González.
Club de encuentro
Para los investigadores, el arte y los encuentros pueden ayudar a que los conceptos sean reemplazados por otros. Y por esa razón es que, además de contar con un laboratorio de investigación, Inclusionarte organizó el Club Ted ED, en que participaron 25 jóvenes de la Unidad Educativa Agustín Cueva Tamariz.
A través de la virtualidad, los investigadores mantuvieron un diálogo con los jóvenes, basándose en el juego y en el arte, con los cuales trataron la autodefinición, los derechos, los prejuicios y las potencialidades.
A los diálogos también se sumaron los padres y las madres de los jóvenes. Con ellos también se trató la diversidad funcional como un nuevo término, y la respuesta, según los investigadores, fue favorable.
“Lo que queremos es ampliar la visión de la diversidad funcional, y lo que queremos es que se va a la discapacidad como parte activa de la sociedad, no como algo que no vale, que interrumpe el flujo natural de la sociedad”, dijo Ligia.
El trabajo entre los investigadores y los jóvenes tomó tres meses. Tras ello, los productos artísticos que elaboraron los participantes fueron expuestos el 19 de diciembre en el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (CIDAP).
Apoyos
El siguiente objetivo de Inclusionarte es ampliar sus investigaciones para profundizar sobre las diversidades funcionales en el 2021. Para esto continuarán buscando apoyos que ya los recibieron este año.
Con un monto económico los investigadores, a más de crear el Club TED ED, pudieron escribir un artículo en el que se enfatiza la “deconstrucción de los imaginarios discapacitantes a través del arte”.
Sobre el artículo y sus investigaciones, los investigadores hablaron el pasado tres de diciembre. La exposición se encuentra en el siguiente enlace web: https://www.facebook.com/InclusionArte/videos/141655844062076.
Se prevé que el próximo año se arme un nuevo club que apunte hacia el mismo objetivo: la verdadera inclusión sin los prejuicios que acompañan a la discapacidad.
Talleres
Por otro lado, Inclusionarte creó el Semillero de Artistas, un espacio en donde se impulsa el arte a niños.
Después de meses de encierro, a principios de diciembre las actividades, que cuentan con el apoyo de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay, se reanudaron para que los infantes puedan volver a interactuar entre sí.
Los trabajos en estos días fueron una prueba para que los talleres de artes plásticas, yoga, música y teatro se vuelvan a organizar en enero de 2021. Los interesados en participar pueden obtener más detalles de las clases, que se llevarán a cabo en la mañana y tarde, a través del número 0984468403. (AWM)-(I)