Las calles argentinas palpitan ante la reñida votación por el aborto legal

Mientras el resto del mundo cuenta exhausto las horas para que se termine el atípico 2020, Argentina está en las calles este martes a la espera del resultado de la votación en el Senado de la ley del aborto: uno de los días más importantes del año para el país austral es el antepenúltimo.

También lo será el penúltimo, puesto que se espera que miles de asistentes hagan vigilia en la Plaza del Congreso durante la madrugada mientras la discusión parlamentaria se alarga hasta conocerse, por fin, una decisión, en las primeras horas del miércoles.

OTRA CITA HISTÓRICA Y, TAL VEZ, DEFINITIVA

Aunque hay menos gente que en ocasiones anteriores -es temporada de vacaciones estivales en Argentina-, hay movilizaciones convocadas en distintas ciudades del país y la misma plaza sigue siendo un hervidero.

De todas formas y aunque quizá sea ahora un poco más literal por lo caluroso de la ocasión, es el hervidero de siempre, ya todos se conocen las caras, ya todos son habituales tanto de un lado como del otro.

En el lado celeste, color que identifica a los contrarios al aborto, festejaron tras el fallido proyecto de ley de 2018, pero han debido redoblar la presión sobre los legisladores para este 2020, cuando el recuento se prevé todavía más reñido que aquel de hace dos años.

La parte verde supera en número, una vez más, a la celeste, y la distancia de seguridad es imposible de cumplir, aunque las omnipresentes mascarillas verdes mitigan un poco la falta de cuidados ante la covid-19.

A la hilera central de gente que llena la parte de la Plaza que da hacia el norte se le suman las ramificaciones, en las calles aledañas, venas en las que la sangre es verde y que bombean con sus tambores y cánticos al corazón de la Plaza y del Congreso.

La miembro de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Jeannete Cisneros cuenta a Efe que vive estas horas con «ansiedad y con nervios», y que nota un «desgaste» después de años de lucha.

«Lo central es que si no hay movilización en las calles, los sectores ‘antiderechos’ que están aliados a los senadores van a avanzar en limitar esa demanda y esos derechos», apunta sobre la presión popular hasta el último momento.

TREINTA AÑOS DE LUCHA POR EL ABORTO SE DECIDEN EN EL SENADO

Una pancarta sostenida sobre la avenida Callao recuerda: «somos sobrevivientes de los abortos clandestinos»; una mujer con lazo verde dibuja sobre el asfalto ardiente una rayuela cuyos recuadros son derechos, como grabados a fuego: «voto femenino, divorcio, salud sexual, vida libre de violencia, identidad de género, matrimonio igualitario, cupo laboral trans» y el aborto legal como último paso.

Cuando las pioneras por la ley del aborto comenzaron su camino, lo hicieron justamente con mesitas informativas en esa misma esquina donde está la rayuela.

Otra de las integrantes de la Campaña Nacional, Silvia Saravia, las recuerda.

«Lo esencial es toda la lucha que se vino haciendo para llegar a un día como hoy», asevera.

Y cree que es «un día histórico» para acabar con «una hipocresía de parte de las iglesias» que, afirma, han hecho fuerza para que «este tema no se trate como debe tratarse».

«Ha vuelto todo el discurso de hacer culpables a las mujeres, en ese sentido, que sea ley (el aborto) significa algo muy fuerte», recalca.

Mientras las pantallas gigantes muestran un largo debate parlamentario que apenas se oye, los movimientos feministas hacen retumbar sus bombos con las canciones de siempre pero también con algunas nuevas de 2020, adaptaciones de cumbia y música urbana -este martes suenan sin parar versiones de Maluma y Ozuna, con letras cambiadas a favor del aborto.

ORACIONES PARA QUE DENIEGUEN LA LEY

El ambiente festivo de esa zona contrasta con la espera más silenciosa y religiosa del lado opuesto, separado apenas veinte metros por unas vallas de seguridad, y donde los asistentes llegan a cuentagotas a una sesión que termina de madrugada.

Mientras muchos fieles se encomiendan a Dios en las cadenas de oración continuas en la Plaza del Congreso, el mismo papa Francisco, que fue arzobispo de Buenos Aires hasta 2013, mandó un mensaje en su cuenta en Twitter sobre el aborto.

«El Hijo de Dios nació descartado para decirnos que toda persona descartada es un hijo de Dios. Vino al mundo como un niño viene al mundo, débil y frágil, para que podamos acoger nuestras fragilidades con ternura», escribió el sumo pontífice.

En la plaza, domina en el lado celeste un feto gigante de cartón piedra recubierto de pintura que simula sangre, que los movimientos denominados provida muestran en cada manifestación: «Senadores manchados con sangre de inocentes», reza el cartel junto a la figura.

Aunque no tengan tanta presencia popular como el lado verde, el sector que apoya «las dos vidas» tiene colgados multitud de carteles que interpelan a los senadores que votan hoy, pero también hacia las mujeres.

Un letrero pegado por un particular dice «¡Mujer! Antes de pedir respeto, primero respeta la vida de tu hijo».

EL PROYECTO PARALELO NO CONVENCE A LOS CELESTES

Una de las asistentes es, desde primera hora, Valentina Barrionuevo, de 18 años, que ha hecho 700 kilómetros desde Córdoba junto a otro grupo de jóvenes para intentar que su voz se oiga contra el aborto.

«No todos los jóvenes estamos a favor del aborto, no todos los jóvenes y mujeres creemos que el aborto es una solución», apunta Barrionuevo en declaraciones a Efe.

La estudiante considera que en la madrugada «puede pasar cualquier cosa» en el Senado, pero asevera que «pase lo que pase hoy» deben seguir en la lucha, tanto si pierde como si gana su opción.

«Seguimos acompañando a las mujeres, (siendo) parte de la red de acompañamiento a mujeres con embarazos vulnerables», subraya.

Junto al del aborto, se define hoy otro proyecto de ley paralelo que otorga acompañamiento a la persona gestante, la llamada «ley de los 1.000 días», que el Gobierno presentó como una alternativa al aborto.

Para Barrionuevo, se trata de «un proyecto contradictorio» que no ayudará a resolver la cuestión.

En la actualidad, en Argentina rige una ley de interrupción legal del embarazo que data de 1921 y que permite el aborto bajo las causales de violación o peligro de vida de la madre.

El proyecto que, salvo sorpresa de última hora, se decide esta madrugada, se trata de una ley de plazos.

LOS «PROVIDA» DENUNCIAN PRESIONES DEL GOBIERNO A SENADORES

Una de las diferencias principales entre el proyecto que quedó en el camino en 2018 y este es que el actual lo presentó el propio Gobierno, liderado por Alberto Fernández.

Además, en una tentativa por atraer a más legisladores, tanto diputados como senadores, al lado del «sí» a la ley, se introdujo la figura de la objeción de conciencia en el proyecto final.

Un militante del colectivo provida «Con mis hijos no te metas», Carlos Carrizo, alerta de que «ha habido casos de senadores que han dejado entrever que podrían estar a favor de la vida y apoyar el proyecto por apoyar al presidente».

A esas supuestas presiones gubernamentales para que el proyecto no fracase, Carrizo las considera «una aberración». EFE

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