El año 2020 empezó en Cuenca con multitudes ruidosas y coloridas. El 6 de enero, el clásico desfile de mascaradas puso el toque de humor y sátira. Y en febrero, el carnaval se vivió con una gran fiesta. Las imágenes de esos días representan la normalidad antes de la pandemia del coronavirus: con alegría intensa, sin distancia física, con máscaras por diversión y sin miedo.
Desde marzo, Cuenca se llenó de espacios vacíos. Las primeras restricciones nos obligaron a quedarnos en casa, a cerrar las escuelas, mercados, iglesias bares, restaurantes, centros de entretenimiento, comercios, canchas, terminales… una lista interminable.
Cerrado por prevención
También empezamos a vernos diferentes: llevando mascarilla, trajes de bioseguridad, a ubicarnos a un metro o dos de distancia, a poner una barrera física con los más queridos para cuidarnos.
Los días después del encierro
En mayo las medidas que regían para enfrentar la pandemia empezaron a flexibilizarse. La última semana de ese mes el sector productivo de Cuenca volvió a trabajar, de forma progresiva. Y poco a poco las calles empezaban a llenarse nuevamente de gente y vehículos. Los comercios volvieron a abrirse, la gente volvió a trabajar, a salir, algunos a abrazarse, incluso a casarse. Estas son las imágenes más recientes del año que concluye: