La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió este jueves flexibilidad «segura» al administrar la vacuna de Pfizer-BioNTech para que pueda llegar a más gente y aumentar las medidas contra las nuevas mutaciones del coronavirus.
El director regional de la OMS-Europa, Hans Kluge, señaló que la evidencia existente apunta a que el tiempo de administración entre las dosis puede ser más flexible de lo prescrito inicialmente por el fabricante y recordó que el Grupo Asesor Estratégico de Expertos ya recomendó demorar entre 21 y 28 días la segunda dosis.
«Es importante que una decisión así represente un compromiso seguro entre la capacidad global de producción limitada actual y la obligación de los gobiernos de proteger a tanta gente como sea posible para reducir la carga en los sistemas de salud de cualquier ola posterior», afirmó en rueda de prensa Kluge.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha desaconsejado recientemente retrasar más de 42 días la segunda dosis de esa vacuna, ya que en las recomendaciones posológicas se especifica que la evidencia de su eficacia se basa en un estudio en el que la administración se realizó con 19 a 42 días de diferencia.
«Colectivamente, no podemos permitirnos dejar a ningún país o comunidad detrás», afirmó Kluge, quien calificó de «vital» que los trabajadores sanitarios y los grupos de riesgo tengan acceso prioritario a la vacuna.
El «coraje» y «sacrificio» del personal sanitario durante la pandemia «no puede ser olvidado», de ahí que sea el momento de proteger y apoyarlo con las «nuevas herramientas» disponibles para combatir el virus, enfatizó el máximo responsable de la OMS-Europa.
La de Pfizer-BioNTech fue la primera vacuna que recibió luz verde de la EMA, que ayer aprobó la de la farmacéutica Moderna que posteriormente recibió una licencia condicional de la Comisión Europea.
Kluge calificó de «prometedor» el inicio del proceso de vacunación en Europa y recalcó la importancia de que los países contribuyan a asegurar un acceso igualitario a ella.
MAYOR ESFUERZO CONTRA NUEVAS VARIANTES
La OMS-Europa, que tiene su sede en Copenhague, incidió también en la importancia de redoblar los esfuerzos para controlar la nueva mutación del virus aparecida en Reino Unido por su mayor capacidad de transmisión, aunque la evidencia apunta a que no es más severa y que las vacunas serán efectivas contra ella.
«No hay ninguna indicación por el momento de que la vacuna no funcione contra las nuevas variantes, sino que hay una prometedora evidencia de que sí lo hará», declaró en la comparecencia digital Siddhartha Datta, experto de la OMS.
Datta resaltó no obstante la necesidad de realizar más estudios y de vigilar de cerca la evolución de la mutación del Reino Unido y de otras nuevas variantes.
Kluge urgió a los países a hacer «todo lo posible» para reducir la transmisión y aumentar el control para identificar nuevas variantes.
Así mencionó la importancia de investigar casos de transmisión inusualmente rápida y de severidad inesperada, aumentar la secuenciación de las infecciones y compartir los datos para mejorar la comprensión de las nuevas variantes.
«Sin un mayor control para ralentizar su propagación, será mayor el impacto en unos hospitales ya sometidos a estrés y presión», dijo Kluge, que reveló que 22 países de la región han detectado ya en sus fronteras la mutación de Reino Unido.
La mutación británica se contagia igual en todos los grupos de edad y no parece afectar especialmente a los niños, explicó la OMS, que cree que reemplazará progresivamente a las otras cepas, como ya ha ocurrido en Reino Unido y empieza a suceder en Dinamarca.
PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA EVOLUCIÓN DE LA PANDEMIA
El máximo responsable de la OMS-Europa alertó de que el mundo se encuentra en un «punto de inflexión» con respeto a la pandemia e hizo una llamada a la unidad en la lucha contra el coronavirus para afrontar una situación «alarmante».
Solo en la región europea se han constatado más de 26 millones de casos y más de 580.000 muertes, con evidencias de sobremortalidad en muchos países.
Aunque en algunos países se ha constatado una estabilización e incluso una caída del contagio, en más de una cuarta parte de los Estados miembros de la región europea hay alta incidencia y sistemas de salud saturados, alertó la OMS. EFE