
La vida de Caravaggio fue igual que sus obras, llena de sombras y misterios. No se sabe ni cuándo nació, ni cómo murió. Lo que sí se sabe es que Michelangelo Merisi nació en Caravaggio, un pueblo cerca de Milán.
Su vida cambió drásticamente cuando a los cinco años de edad perdió a gran parte de su familia debido a la peste. A partir de ahí fue de casa en casa hasta que, a los doce años, un tío se dio cuenta que tenía talento para la pintura y lo envió bajo la tutela del artista Peterzano. Con él estuvo cuatro años desarrollando habilidades en dos ámbitos: la pintura y las peleas. Acostumbraba a rebajarse dos años para que los mecenas que apoyaban a jóvenes talentos, se fijaran en él.
Caravaggio desarrolló un estilo propio. Uno tenebroso que le dio fama, en el cual jugaba con la luz y las sombras. Siendo rebelde, se rodeó de vagabundos y prostitutas a quienes usaba de modelos, protagonizando varios escándalos al pintar a prostitutas como vírgenes y a matones como santos. Fue a la cárcel luego de verse envuelto en un escándalo en el que murió un hombre. Saliendo de allí, vivió como marginal pintando dos o tres cuadros diarios vendiéndolos por centavos mientras buscaba trabajo hasta que en el taller de D´arpino que gozaba del favor del papa Clemente VII, lo contrataron como ayudante.
Le encargaron pintar flores y frutas dotándoles de tal vida que le encargaron más y mejores trabajos, pero él siguió contratando a vagos y a mujerzuelas para retratarlos y, quizá, ese fue su gran secreto. La mirada de sus personajes reflejaba una auténtica desesperación, dolor y sufrimiento. Hoy, esa técnica llena de sombras y juegos de luz se le conoce como “tenebrismo”. A pesar de su fama seguía frecuentando tabernas hasta que en una de ellas asesinó a un mafioso, y huyó escapándose a Mesina donde pintó su gran obra: “La Resurrección de Lázaro”.
Desesperado por conseguir el perdón de Roma, recibió una golpiza en el camino que lo dejaría casi muerto. No llegó y fue nuevamente arrestado, muriendo al cabo de un tiempo. Algunos decían que, de fiebre, otros, que fue asesinado.
La próxima vez que vean un cuadro con aspecto tenebroso y sombrío, recuerden que es la obra de un rebelde que utilizó a los parias de esa época como modelos, reflejando en sus miradas, la triste realidad en la que vivieron. (O)