Como si la letalidad del Covid-19 se hubiera menguado con el solo anuncio del descubrimiento de la vacuna para combatirlo, la gente hace tabla rasa de las medidas de protección que debe cumplir para salvaguardar su vida y la de los demás.
Con su comportamiento emite señales de que poco le importa el sacrificio diario que en los hospitales públicos y privados hace el personal médico, que también es de carne y hueso, quiere vivir, tiene familia, y puede contagiarse.
Como si el virus contara con su pleno consentimiento para afectarlo y propagarse, la gente persiste en aglomerarse, sobre todo en organizar reuniones sociales que rebasan el número de asistentes permitido, en asistir a fiestas furtivas, o celebrar cualquier evento, por más frívolo que sea.
Si bien el miedo, el pánico, la alarma, no son los más aconsejables en tiempos de pandemia, sí es prudente advertir que la posibilidad de un rebrote de la enfermedad está a las puertas en el Ecuador.
Se reportan más de mil contagios diarios. Sube el número de muertos. Colapsan los hospitales, en los que, como en el caso de Cuenca, ya no hay camas para los enfermos críticos en las Unidades de Cuidados Intensivos. La demanda de atención médica de personas que presentan los síntomas se incrementa, mientras los efectos colaterales de la pandemia hacen lo suyo en la salud mental de las personas, y están a la vista.
Es posible que en el país ya esté la nueva variante del virus que, a decir de los expertos, es más transmisible, y el Ministerio de Salud ya lo investiga con apoyo de la Academia.
En Estados Unidos los contagios y los muertos se multiplican. Alemania, uno de los países más disciplinados del mundo, toma medidas drásticas para enfrentar el rebrote; al igual que otras naciones europeas, como el Reino Unido.
El descuido, el qué me importa, la automedicación, el fiarse de que ya vienen las vacunas, ignorando que la inmunización a toda la población tomará su tiempo, pueden pasar una desconcertante factura. Nadie lo quiere; pero contribuyamos para que así sea, mucho más ahora que todos queremos reactivarnos económicamente.