Miles de propietarios de bares y restaurantes de toda Italia han adherido a la iniciativa «Yo abro», la protesta prevista para hoy y que consistirá en abrir sus locales a pesar de que existe la prohibición de hacerlo después de las 18.00 horas debido a las normas anticontagio, pero muchos otros han tomado distancia al considerar que es ilegal y contraproducente.
Hartos y acuciados por los problemas económicos, aseguran, los restauradores han puesto en marcha esta iniciativa lanzada en las redes sociales y que ya ha recogido más de 50.000 suscripciones en toda Italia.
La etiqueta «#ioApro» (yo abro) es tendencia en Italia hoy y son muchos los que aseguran que permanecerán abiertos y otros los que animan a hacerlo, a partir del 15.00 de hoy, a pesar las restricciones impuestas por el Gobierno.
«Es una cuestión de supervivencia, ya estamos en un punto sin retorno, pero lo intentaremos de todos modos», explica en Facebbok Umberto Carriera, un restaurador de Pesaro que ya ha recibido varias multas y suspensiones por abrir algunos de sus locales a pesar de las prohibiciones.
«Si llega la policía pues recibiremos la multa y la meteremos en el cajón, también nos haremos cargo de las multas que se hagan a nuestros clientes, y presentaremos miles de recursos», asegura.
La iniciativa ha tenido el apoyo del líder de la Liga y exministro del Interior, Matteo Salvini.
«No se ha presentado una investigación epidemiológica que averigüe las infecciones que se producen en los local, a diferencia de lo que puede pasar en el transporte público o en los supermercados», añade Carriera.
El apoyo de Salvini ha sido criticado duramente por miembros del Gobierno que le han acusado de incitar a la desobediencia civil.
«Salvini, exministro del Interior, instiga la desobediencia explotando el sufrimiento de una categoría en gran dificultad como la de los restauradores. Es el método Trump y creo que es muy peligroso además de irresponsable», escribió en Twitter Alessia Morani, subsecretaria del Ministerio de Desarrollo Económico.
Pero para otros muchos restauradores, en el debate que se ha abierto en las redes sociales, se trata de «una respuesta irresponsable que se mueve ilegalmente. Las reaperturas ilegales, si las hay, serán vistas como desesperadas en el mejor de los casos, como sinvergüenzas imprudentes en el peor», afirmo el gestor de la Osteria dell’Orsa en Bolonia, una de las más antiguas de la ciudad.
La asociación de este sector FIPE explicó en un comunicado que los restauradores están agotados «y la situación es grave y confusa, se necesitan de inmediato medidas adicionales para dar certeza a los emprendedores y un alivio adecuado de las pérdidas impuestas a sus empresas», pero afirmó que es necesario respetar la ley
«Nuestra responsabilidad social, arraigada en el país real desde hace más de 70 años, nos obliga a hacer de la legalidad un requisito previo para nuestra acción colectiva. Esto significa proteger a nuestros asociados de los riesgos y posturas que los alejan del país y los exponen a fuertes sanciones. El Ministerio del Interior fue muy claro sobre las medidas de control que se adoptarán contra quienes no respeten la ley», añadieron.
Italia ha destinado una serie de medidas como ayudas económicas y fiscales para los restauradores, pero no son suficientes y muchas aún no han llegado, denuncia la FIPE.
Según los datos del tercer trimestre de 2020, los últimos a disposición, este sector redujo su facturación un 16,6 % respecto al mismo periodo del año anterior y con perdidas de 23.400 millones de euros. EFE