El agua que consumimos los cuencanos, sin la menor duda, es de la mejor calidad a nivel nacional y Sudamérica, por cuanto el Cajas y la cuenca hídrica del Machángara son cuidadas y protegidas prolijamente, con la máxima responsabilidad, soporte científico y participación comunitaria por ETAPA EP y ELECAUSTRO S.A., respectivamente, recibiendo año tras año reconocimientos internacionales, sin embargo las mismas están en riesgo por las concesiones mineras aprobadas en zonas de recarga.
Cuenca es de las pocas ciudades que cuenta con saneamiento integral y plantas de depuración. En sus ríos habitan peces y ecosistemas acuáticos. Somos ejemplo en la gestión de residuos sólidos con la EMAC EP.
Los campesinos azuayos aman y cuidan la naturaleza con pasión y sienten “en carne propia” el inmenso riesgo de la contaminación minera aguas arriba de sus localidades, pero también mirando atrás por cuanto aguas abajo en el litoral azuayo habitan los hermanos de Chaucha, Molleturo, Ponce Enrique que igual son afectados.
Por ello el Concejo Cantonal de Cuenca, promovió la iniciativa de consulta popular, buscando prohibir la actividad minera a mediana y gran escala en cinco zonas de recarga hídrica de los ríos: Tomebamba, Yanuncay, Tarqui, Machángara y Norcay. Cinco preguntas fueron aprobadas el 21-09-2020 por la Corte Constitucional. El Consejo Nacional Electoral CNE estableció el 7 de febrero del año en curso, el mismo día de la primera vuelta de elección presidencial, para la referida consulta minera.
Los cuencanos abrumadoramente acudiremos a participar en la consulta popular minera, por cuanto sabemos de la necesidad de obtener metales para toda actividad, pero la extracción y explotación de ellos de ninguna manera puede darse en zonas de recarga, en el páramo, por sus evidentes riesgos para la salud y supervivencia de los cuencanos, de los azuayos, por lo que diremos: ¡Sí a la Consulta, No a la minería en las fuentes de agua! (O)