“La ciencia está teniendo éxito, pero la solidaridad está fallando”, subrayó Guterres en un discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas en el que detalló sus prioridades para este año.
Según el portugués, las vacunas son una “gran prueba moral” que el mundo tiene ante sí y tienen que ser vistas como un “bien público global”, disponible para todos.
Hasta ahora, sin embargo, Guterres considera que la comunidad internacional está fracasando: “Las vacunas están llegando a un puñado de países rápidamente, mientras que los países más pobres no tienen ninguna”.
“Los Gobiernos tienen la responsabilidad de proteger a sus poblaciones, pero la covid-19 no puede derrotarse de país en país”, insistió el jefe de Naciones Unidas, que recalcó que si se deja que el virus siga expandiéndose sin control en los Estados en vías de desarrollo terminará por mutar, hacerse más resistente y volver a golpear a los más avanzados.
Además, mencionó estudios que apuntan a que acaparar vacunas podría costar a la economía mundial hasta 9,2 billones de dólares, con casi la mitad del impacto en los países más ricos.
Guterres pidió nuevamente más recursos económicos para la plataforma Covax, la iniciativa que lidera la Organización Mundial de la Salud (OMS) para buscar que las vacunas puedan llegar a todo el mundo.
También reclamó otras medidas específicas como dar prioridad a la vacunación de los sanitarios y las personas de más riesgo, proteger los sistemas sanitarios de los países más pobres para que no sufran un colapso, asegurar un suministro suficiente y una distribución justa de las vacunas (sobre todo a través de Covax) y compartir las dosis sobrantes con esta plataforma.
Además llamó a facilitar licencias para que se puedan manufacturar más dosis y a trabajar con el público para mejorar la confianza en las vacunas.
La lucha contra la covid-19 debe ser, según Guterres, la prioridad número uno este año para el mundo, seguida de una recuperación de la crisis que cree una economía más inclusiva y sostenible. EFE